Jesucristo resucitado nos ofrece felicidad, plenitud de vida y a eso ha venido; hoy vuelve a ofrecerse como compañero de camino para guiarnos hacia ella. Él nos trae felicidad o mejor, él es nuestra felicidad, basta poner nuestra confianza en él y llevarlo en nuestra barca. La isla de los sentimientos.