Hay lugares que te llegan al alma, lugares inolvidables que llevas en el rincón de los recuerdos. Aquellos que también quisieras conocer, disfrutar y compartir. En el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es fácil encontrarlos, lo difícil es elegir cuáles son los mejores, los preferidos de la memoria.
No es para menos, la Reserva de Biosfera (RB) Seaflower se ha convertido en uno de los iconos más representativos de la protección marina en Colombia. Desde su declaración en el año 2000 por la UNESCO, se muestra como una importante estrategia de conservación in situ y es un escenario para el desarrollo sostenible donde se busca preservar los servicios ecosistémicos, así como el patrimonio natural y cultural.
No dejo de recordar mis primeras inmersiones como buzo en el inolvidable sitio conocido como ‘La Pirámide’ a tan solo cinco minutos en bote desde la orilla en North End. De poca profundidad, es una reliquia donde encontrar pargos, chernas, barracudas y, usualmente, rayas látigo no es tan difícil. El lugar ideal para quienes desean tener una experiencia única.
Bueno, si de eso se trata, nos dejará una marca recordatoria el Blue Wall, una pared que inicia a 15 pies de profundidad para luego adentrarse en una vertical hasta los 180 pies. No sin antes tener a la vista anguilas y morenas, chernas, langostas y al fondo, una que otra vez, el particular mero Goliat.
Por otra parte, El Faro, un lugar en el costado oriental de la isla, tiene 32 pies de profundidad, se bucea iniciando contra corriente, el retorno es más suave. Adornado por cardumen de roncos y sargentos mayor. Allí, no deja de causar asombro la cercanía con la que la raya látigo se acomoda frente al buzo visitante.
De complemento, Wild Life, a escasos 250 metros al sur del mencionado Faro; un mágico lugar poco visitado donde abundan roncos, peces loros y frondosas formaciones de coral a poca profundidad y cercanía de la costa.
Y, si de ver magníficas formaciones coralinas se trata no dejaría de lado al West Point, un sitio para veteranos, multinivel hasta el límite de los 140 pies de profundidad, demarcación del buceo recreativo. Se requiere uso de la brújula para el retorno. Sin duda, West Point, es el icono de formaciones de coral en perfecto estado.
En fin, como dije a comienzo de este relato íntimo de mi experiencia como explorador en este mundo submarino lo difícil no es hallar lugares maravillosos… Lo complicado, lo realmente ‘espinoso’ del tema, es elegir entre los inmortales de la memoria.
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.
