La construcción de la Casa de la Cultura de North End, en San Andrés, avanza de forma significativa. Este templo de la cultura en el archipiélago, que recientemente llegó a los 52 años de su fundación, espera con ansias el momento en que nuevamente pueda abrir sus puertas a las diversas manifestaciones artísticas de las islas. Esperanzador diálogo en una obra al 80 % de su construcción.
Como está previsto, este esperado recinto para la cultura en San Andrés contará entre otros espacios, con una concha acústica, aulas de piano y violín, salón de pintura y de baile, biblioteca pública y restaurante. Todo, en un área de más de 2 mil metros cuadrados en el sector de Paradise Point.
En entrevista con EL ISLEÑO, Samuel Robinson Davis, presidente de la Fundación Casa de la Cultura, informó que, luego del recorrido realizado a principios de diciembre, junto al viceministro de Fomento Regional del Ministerio de Cultura, José Ignacio Argote,se verificó que la obra presenta más de un 80% de avance y su entrega está prevista para marzo de 2022.
Un sueño aplazado
La esperanza de una nueva edificación nunca estuvo del todo perdida, muy a pesar de los múltiples obstáculos que tuvieron que sortear, quienes de corazón han perseguido el sueño de tener un renovado espacio, innovador y digno de la riqueza cultural del archipiélago.
Traspiés burocráticos, cambios de gobierno y hasta falta de consenso en los diseños finales –en algunos casos–, fueron algunas de las vicisitudes que la Fundación tuvo que enfrentar para que este anhelo no se derribara como aquella casona típica de dos pisos que albergó a tantos inquietos por el arte.
De acuerdo con Robinson Davis, el recorrido que se realizó junto al arquitecto Edwin Rincón, del consorcio Edificación SAI, varios miembros de la Fundación, y el viceministro; sirvió para conocer de primera mano el avance de la obra. Además, para concertar con el funcionario, la entrega de la dotación, consistente en muebles y equipos de oficina, de cómputo, utensilios de cocina, y otros enseres.
Así mismo, explicó que en dicho proyecto tienen injerencia la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en la construcción; el Ministerio de Cultura, en lo relativo a la dotación; y más adelante, la Gobernación, a través de la Secretaría de Cultura y la Fundación, que actuarán desde lo administrativo y la extensión cultural.
“Tenemos ya asegurada la dotación para las distintas actividades que se van a desarrollar: el salón de artes con sus muebles, así como el de piano, violín y guitarra; la sala de grabación y de baile, espacios insonorizados, cocina y la cafetería junto a un bonito muelle. Así mismo, una enfermería, biblioteca y hemeroteca, camerinos, sala de informática, un museo y la zona administrativa”, afirmó el presidente.
Entidad cultural más antigua
La Casa de la Cultura fue fundada el 10 de diciembre de 1969, y es gratamente recordada por decenas de músicos y artistas que allí se formaron, se desempeñen o no en el oficio en la actualidad; como es el caso del actual gobernador Everth Hawkins Sjogreen, que hizo parte de la Banda Juvenil.
Son múltiples los reconocimientos y galardones conferidos a este ‘templo de la cultura’, como bien la describe Robinson Davis; entre ellos, la medalla ‘Lisandro May’ y ‘Francisco Newball’ –máximas distinciones entregadas en las islas por la Asamblea Departamental y por la Gobernación–, por su aporte a la promoción de la cultura ancestral.
Por lo anterior, pero sin duda, por la tenacidad y la convicción de sus fundadores, es que hoy ya falta muy poco para que San Andrés cuente con este nuevo espacio público para el disfrute de los habitantes de las islas y sus visitantes.
“Nos sentimos muy orgullosos porque hemos abrazado las diferentes manifestaciones culturales del archipiélago, como la música, pintura, literatura, entre otros, y ha llegado el momento de volver a propiciar estas oportunidades a nuestra comunidad…Esta infraestructura no le pertenece a Samuel Robinson o a la Fundación, es una institución que abrigará todas estas expresiones artísticas y sentará las bases para darles continuidad, esté o no esté yo”, recalcó el también historiador.
Con respecto al sostenimiento y la administración del inmueble, una vez entregado a satisfacción, explicó que la Gobernación se encargará conjuntamente con la entidad de su mantenimiento, pago de servicios públicos y de personal, entre otras obligaciones.
“Por eso este modelo se contempló como una sociedad mixta, porque la Casa de la Cultura sola no podría con el sostenimiento de toda la edificación; la Fundación aportó el terreno, la UNGRD se encargó de la construcción, el Ministerio de Cultura entregará el mobiliario, y la Administración Departamental inyectará los recursos para su sostenimiento”, indicó.
Veeduría y sostenimiento
Sin embargo, el presidente de la Fundación aseveró que también se adelantarán acciones para autofinanciarse. “Yo soy partidario de que debemos realizar actividades para generar recursos en pro del auto sostenimiento de la entidad, no solo esperar a ‘Papá Gobierno’; además es claro que nos corresponde ejercer una veeduría continua, para evitar que la estructura se deteriore”, añadió.
Al consultarle de qué manera podría ‘blindarse’ el compromiso del Gobierno Departamental, para que se destinen los recursos que garanticen su adecuada administración, independientemente del mandatario que llegue al Coral Palace, Robinson dijo que, si bien depende mucho de la voluntad política, también han propuesto elevar el tema como proyecto de ordenanza, para dejar en firme dicho compromiso.
Con respecto a las características de la edificación, el gestor cultural manifestó que pese a varias voces que reclamaban que su diseño debía acogerse a la ‘arquitectura isleña’, la construcción tuvo que desarrollarse acorde al área donde se ubica, al borde del mar y, sobre todo, a las condiciones meteorológicas de la isla.
“El área de construcción es bastante grande –más de 2 mil metros cuadrados–, así que en algunos elementos constructivos no se podía satisfacer a todo mundo. Lo ideal sería una edificación como la que teníamos antes, pero desafortunadamente, era en madera… y mire, ¡se acabó! Si se repitiera la edificación con ese material, su sostenimiento sería muy oneroso, además que la madera actualmente es muy costosa y no tiene la misma calidad de hace 40 años”, explicó.
Un legado para la cultura isleña
De otro lado, Robinson Davis anticipó que el próximo año se realizará una Asamblea para elegir nueva Junta Directiva. “La Casa de la Cultura es el máximo templo de la cultura en las islas. ‘The Rebels’ tuvo su sede ahí, al igual que la Banda Departamental y la Banda Juvenil; el Green Moon Festival empezó en este sitio. En ella tuvimos 38 años de Encuentros de Coros y unos cuantos festivales Bill & Mary.
El primer periódico de San Andrés, ‘El Searchlight’ y otros bilingües que han circulado en las islas, reposan en nuestro archivo y están guardados (de forma provisional) en el Banco de la República. En esa casita vieja de antaño se formaron muchas de las figuras artísticas y por eso estamos muy satisfechos porque al fin la cultura en San Andrés tendrá una infraestructura, tal y como lo merece”, detalló Robinson Davis.
Este ha sido el anhelo de muchos: dejarle ese legado cultural a la juventud. “Y si Dios me dio la constancia para llegar hasta aquí lo seguiré haciendo, aunque este barco –reflexiona– necesita de nuevos capitanes el día de mañana, porque la Casa de la Cultura somos todos…”.
