El viernes pasado fue el responsable de abrir el festival más impactante de la historia, y le bastaron ochenta minutos para demostrar largamente por qué su nombre era esencial en el cartel. Este viernes subirá al mismo escenario como flamante Premio Nobel de Literatura: no cuesta nada imaginar un recibimiento atronador en el Empire Polo Club donde comienza el segundo fin de semana del 'Desert Trip'. (Página12)

La justiciera y oportuna obtención del Premio Nobel de la Paz a manos del presidente Juan Manuel Santos, cerró en forma honorable una semana letal para los amigos del Sí en el plebiscito que comenzó con el baldado de agua fría propinado por unos guarismos jamás esperados.

Recuerdo los días en que nuestros padres, balde y herramientas en mano, hacían frente a las inundaciones o los pocos incendios presentados: sudorosos y decididos más allá del cansancio, enfrentaban los eventos. Unidos y con valentía mitigaban los efectos de las desgracias presentadas.

Lo que ha quedado bien claro del plebiscito es que los gobiernos locales y nacionales no siempre captan los deseos de la gente y no pueden seguir ignorando la opinión popular. En Colombia y en las islas la gente se vuelve cada vez más desconfiada de las acciones oficiales y por eso quieren mayor injerencia en las decisiones finales.