Luis Zabaleta Sierra lleva 15 años viviendo en un terreno que ha estado cuidando entre el cementerio y un hotel en San Luis, pero tiene una gran desventura. El sitio fue vendido y tiene que desocupar el que ha sido un hogar para él, su hijo y por lo menos 25 perros que ha ido recogiendo de la calle.
A Luis y su hijo Luis Junior, les gustan los animales, rehabilitarlos y darles el hogar que se lesha negado, pero han sabido todo este tiempo de ir contrarestando las malas prácticas de abandono de la comunidad hacia sus mascotas, que en ese lugar tienen los días contados.
Precisamente la noche de este jueves 4 de junio le tiraron en la entrada de la casa dos perritos recién nacidos a los que lucha por salvar suministrándoles leche cada dos horas en biberón, robándole horas preciadas a su trabajo como carpintero y constructor.
“Estos perros son mi vida, simplemente no los puedo abandonar porque los he recogido en unas tristes condiciones y he ido viendo como se han salvado y nos devuelven la gratitud con su lealtad y compañía”, manifestó con tristeza.
Los perros están todos esterilizados, vacunados y desparasitados con ayuda que ha recibido de personas y fundaciones protectoras de animales, que ven en su esfuerzo una gran contribución social a este flagelo que se desborda en las calles, barrios y sitios turísticos con la proliferación animal.
En el Centro de Bienestar Animal, no hay cupo para recibirlos y de haberlo, él no los llevaría allí porque en el sitio ponen a dormir a los perros para realizar nuevos ingresos ya que el lugar no tiene capacidad suficiente.
En busca de un nuevo hogar para todos
Luis y Luisito no quieren tener que abrir la puerta de madera a sus perritos y simplemente dejarlos otra vez sin hogar para ir a buscar un lugar donde poder estar ellos solos porque sus vidas serian incompletas.
Por eso acudieron a EL ISLEÑO.COM para lanzar un pedido de ayuda, un SOS que los oriente a conseguir una solución a esta problemática que muchos le han dicho que se remedia aplicándoles eutanasia a los perros o en el peor de los casos envenenándolos.
Es bien sabido que las opciones habitacionales en San Andrés, son escasas, que cada día la gente recurre más a las construcciones ilegales en sitios que son reserva protegida o zonas de alto riesgo pero Luis prefiere aguardar a que algo bueno salga para él y su familia, incluidos los perritos.