Cada 22 de marzo se conmemora mundialmente el Día del Agua, y el lema decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para este 2024 es: ‘Agua para la paz’. Panorama en las islas por el coordinador de_Asuntos Hídricos de la Corporación Ambiental Coralina, Tomás Guerrero._(Foto: Veolia)
Esta entidad instituyó esta fecha, desde 1993, para alertar sobre la crisis mundial del líquido y la problemática que afrontan millones de personas que no tienen acceso al suministro de agua potable.
De acuerdo con la ONU, el agua puede crear paz o desencadenar conflictos, porque cuando ésta escasea o está contaminada, o cuando las personas tienen un acceso desigual o nulo, pueden aumentar las tensiones entre comunidades y países.
Adicionalmente, a medida que aumentan los impactos del cambio climático y crece la población, existe la necesidad apremiante, dentro de los países y entre ellos, de unirse para proteger y conservar este recurso preciado.
‘Agua para la paz’
A propósito de esta importante fecha, el coordinador de Asuntos Hídricos de la Corporación Ambiental Coralina, Tomás Guerrero Jiménez, ofreció un panorama general del recurso hídrico en el Archipiélago.
Recalcó, en primer lugar, que el agua en las islas es un recurso escaso; y que obedece a que, para el caso de San Andrés, la topografía no favorece el nacimiento de ríos o la creación de embalses donde se pueda acumular el líquido.
Por lo anterior, se depende de las lluvias y de la capacidad que tienen los suelos para almacenar agua en los acuíferos, que nuevamente para el caso de San Andrés, es bastante pequeño respecto a la cantidad de líquido vital que se demanda.
“También es importante tener en cuenta, que como los acuíferos se recargan de las lluvias, y que el cambio climático precisamente está generando alteraciones en las precipitaciones, estas son cada vez menores. Es más, el Ideam revela que, para el 2040, se prevé una reducción de hasta el 30% de las lluvias actuales”, explicó el funcionario.
Fuentes sostenibles
En relación con lo anterior, Guerrero insistió que lo que hay que hacer es pensar en fuentes alternas y no depender solamente de las lluvias, sino de otras fuentes más seguras; y que al ser una isla rodeada de agua, pero salada, que no se puede utilizar directamente, para eso está la tecnología a fin de potabilizarla a través de las desalinizadoras.
“Así que la apuesta es voltear la mirada hacia los mares, como fuente potencial de abastecimiento hídrico en las islas, lo que nos permitiría no depender sólo de las lluvias, y adaptarnos a las condiciones climáticas que cada vez van a ser más adversas”, sentenció el coordinador.
En el caso de Providencia y Santa Catalina, el profesional indicó que se cuenta con el embalse del sector de Fresh Water, que permite almacenar agua y suministrarla a la población de ese municipio No obstante, este depende igualmente de la abundancia de lluvias dado que, cuando no llueve los niveles bajan, provocando que no haya suficiente líquido para abastecer a la comunidad.
“Allí también hay que mirar hacia los mares, como fuente de abastecimiento más segura. Hay una experiencia después del huracán Iota, de una pequeña planta desalinizadora que fue puesta en operación; pero actualmente ya no está funcionando por lo que habría que pensar a futuro que vuelva a operar, para brindar mayor sostenibilidad hídrica a esa isla”, enfatizó Guerrero.
Mejoras en el suministro de agua
Para concluir, el coordinador de Coralina aseguró que, según datos recientes, la oferta hídrica en San Andrés se duplicó con la reciente puesta en marcha de una nueva desalinizadora.
Según explicó, la oferta hace un par de años era muy limitada porque sólo se dependía del agua subterránea, “lo que hacía que las frecuencias de distribución en algunos sectores fueran eran muy amplias (de 30 y hasta 45 días para La Loma y el Cove, por citar dos ejemplos)”.
Ahora, con la entrada en operación de una nueva planta desalinizadora --asegura-- ya son tiempos menores, puesto que el agua está llegando cada semana, o máximo cada dos; y por mayor periodo de tiempo.
“Sin embargo, estas tecnologías tienen que sortear algunas dificultades, como cuando hay vientos fuertes que generan condiciones no óptimas para que la operación se dé a cabalidad, por lo que a veces deben cesar su funcionamiento y se producen días de racionamiento. En todo caso, en términos de oferta hídrica, tenemos mucha más que la que teníamos años atrás”, afirmó Guerrero.
Para finalizar, dijo que es fundamental también tener toda la infraestructura en óptimas condiciones, en aras de que pueda transportarse fácilmente el agua por las redes de acueducto y que llegue a los usuarios.
Así mismo, insistió que es imperativo el uso racional del agua, es decir, evitar el consumo sin mesura; reparar las fugas internas y seguir utilizando las cisternas de almacenamiento, “para que sigamos teniendo un suministro aceptable y para que la industria del turismo pueda ser”.
