Cada primero de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida, fecha reconocida desde 1988 para crear conciencia sobre el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y honrar las vidas afectadas por la enfermedad._ (Foto defensoria.org.ar)
El lema de este año es ‘Que lideren las comunidades’ dado que, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), el mundo puede acabar con esta amenaza para la salud pública, hacia 2030, pero sólo si se incluye plenamente a las comunidades en su prevención.
El sida en cifras
De acuerdo con el organismo, hay una ralentización en el ritmo al cual se van reduciendo las nuevas infecciones por el VIH, se va aumentando el acceso al tratamiento y se va terminando con las muertes relacionadas con el virus.
Así mismo informa que en planeta, al cierre de 2022, 1,3 millones de personas contrajeron el VIH; 39 millones estaban viviendo con él; y 630 mil murieron por enfermedades relacionadas con el sida.
En cuanto a la región de América Latina y el Caribe, alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH, unas 130.000 lo adquirieron y 33.000 perdieron la vida por causas relacionadas con el virus.
ONUSIDA también afirma, que el número de nuevas infecciones entre poblaciones clave (gais y hombres que tienen sexo con hombres, personas que ejercen el trabajo sexual, trans, usuarios de drogas y personas en prisión), es significativamente mayor que entre la población en general.
Para el caso particular del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, de acuerdo con la oficina de Prensa de la Secretaría de Salud, transcurrida la semana 46 de este 2023 se tienen 25 casos notificados de portadores de VIH.
En esa misma línea, dicha cartera también indicó que, de la mano de la Secretaría de Desarrollo Social, durante todo el año se vienen desarrollando diferentes actividades y charlas relacionadas con esta temática, dirigida a distintas poblaciones objetivo.
“El sida puede ser derrotado”
En mensaje del secretario general de la ONU, António Guterres, dado para esta fecha, ganar la batalla contra el sida supone apoyar a quienes están en la primera línea de combate, lo que significa que el liderazgo comunitario debe ser un eje central de los planes, programas, presupuestos y actividades de seguimiento en relación con el VIH.
“Sobre todo necesitamos financiación. Para financiar plenamente la respuesta al sida en los países de ingreso bajo y mediano, se necesitan más de 8.000 millones de dólares adicionales al año, para los programas locales dirigidos por personas que viven con el VIH y para las iniciativas de prevención dirigidas por las comunidades”, recalcó.
Y es que según ONUSIDA, para poner fin al virus, las comunidades tienen un rol clave en la respuesta. Empoderar a estas comunidades es esencial para que puedan desarrollar sus propias estrategias y llegar a las personas que más necesitan acceso a las innovaciones disponibles, como la distribución de autopruebas, la implementación de la ‘profilaxis prexposición’ (PrEP) en el primer nivel de atención, y la vinculación inmediata para el tratamiento en pro de lograr una carga viral indetectable.
Por último, decir que ONUSIDA es un programa que aúna los esfuerzos de organizaciones pertenecientes a las Naciones Unidas, tales como ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, ONUDD, UNESCO, OMS, OIT, ONU Mujeres y el Banco Mundial.
