Providencia y Santa Catalina, la riqueza de lo esencial

Imprimir

NOTA.PROVIDENCIA.WELHOME01.jpg

Islas ubicadas al suroccidente del mar Caribe, son el territorio habitado más septentrional de toda la extensión nacional. Alejadas de la ‘civilización moderna’ y de toda contaminación que –más que vender seguridad biosanitaria con sellos y certificaciones– procura recibir viajeros sanos y con la plena consciencia de que al lugar que llegan es un tesoro anhelado por el nuevo turismo.

Desde la sola llegada es fácil para el visitante darse cuenta que se encuentra en un lugar especial y privilegiado, cuando desde la avioneta note el mar azul turquesa al pie de verdes montañas, llenas de vida y con casas en perfecta armonía con su entorno, todo resguardado por una gran barrera de coral.

NOTA.PROVIDENCIA.WELHOME02.jpg

El hospedaje que haya elegido, sea hotel o posada nativa, será de pequeña e íntima infraestructura, cero aglomeraciones y amplios espacios en los que sorprende la manera en que circula el aire y la brisa.

Así mismo sucede con los restaurantes, casi el 100% de ellos son abiertos y cercanos al mar, por lo que la ventilación es permanente.

NOTA.PROVIDENCIA.WELHOME03.jpg

El tipo de turismo y las actividades que el destino ofrece son en su totalidad al aire libre y tienen relación directa con la naturaleza: en lo terrestre, el senderismo, sol y playa (con ausencia total de vendedores ambulantes o comercio informal), cabalgatas, entre otros. Nunca, por su propia esencia, en grupos grandes.

En lo marítimo el buceo, el snorkeling o los viajes en lancha tampoco implican aglomeramiento alguno y en escenarios como el Parque Nacional Natural Old Providence Mc Bean Lagoon se tienen horarios establecidos que respetan una capacidad de carga establecida para lugares de interés como Crab Cay..

Presencia valorada

NOTA.PROVIDENCIA.WELHOME04.jpg

En estas pequeñas islas todos de alguna manera se relacionan con la actividad turística, por lo que el visitante es altamente valorado y la atención recibida siempre será personalizada. Y si bien, buena parte de los productos alimenticios son importados, lo más rico, exclusivo y exótico es de producción local.

Parte esencial de su oferta de turismo comunitario son los 275 pescadores artesanales que se encargan de que todos en la isla puedan consumir pescado y langosta de frescura extrema y 240 miembros de la cadena productiva del cangrejo negro que permiten convertir en afortunados a los turistas que lleguen a probar la exquisita carne de esta especie insignia de las islas.

NOTA.PROVIDENCIA.WELHOME05.jpg

Para lo demás, desde la municipalidad se ha venido trabajando de manera ardua siguiendo las indicaciones impartidas desde el Viceministerio de Turismo, conociendo de primera mano sobre las medidas que se toman a nivel nacional y estando a la vanguardia de todas las recomendaciones de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Procolombia, entre otras, con el fin de mantener competente al destino.

Lo único que pide la población étnica raizal como anfitriones y dueños del territorio, es que, si la oferta del destino es segura, el visitante debe ser consciente del lugar al que llega y lo respete también en esos mismos términos.

Es decir, ser libre del virus, dedicarse a disfrutar lo que las islas ofrecen y mantener la calma que en el territorio se vive. “La oferta de Providencia y Santa Catalina Islas es comunitaria y eco ambiental, a las islas se viene a disfrutar lo fundamental”, afirmó su secretaria de Turismo, Angely Castillo.