A Edgar Jay Stephens se le puede abordar en la sala grande del ‘Campamento por la Dignidad’ (Old Town, Providencia), en la cocina o caminando por la playa, con una pregunta sencilla que podrá terminar en una retórica_fascinante que pasa por los matices de un saber rico en derechos humanos, constitucionales y experiencias de vida. Entrevista.

Pero ¿quién es este hombre ilustrado que cita en su clara disertación a autores literarios, filósofos y pensadores, pero también tiene espacio para un poema, una canción de la vieja guardia, la ocurrencia de un par de chistes flojos y que, aun así, consigue que su interlocutor siga allí, cautivado?

Es, ante todo, el representante de la Federación de Pescadores de Providencia y Santa Catalina. Su forma de pensar no admite confusión ni rasgos de adoctrinamiento y, de esta manera, no es difícil coincidir con él sobre el goce de los derechos colectivos, la valoración y el respeto hacia la etnia raizal en su propio territorio.

Si preguntamos por él, dentro y fuera del Campamento, las opiniones irán desde la apreciación a la desestimación, cosa que acepta con el mismo estoicismo con el que le toca afrontar ciertas privaciones salpicadas de sacrificio para dar el ejemplo y llevar a cabo su misión.

De perder esta ‘batalla’ se verá afectado un importante y precioso ecosistema, un arroyo de cinco kilómetros de extensión que alimenta a 11 manglares y se impedirían en el sitio, entre otras, todas las actividades culturales y deportivas que se venían gestando allí tradicionalmente.

Esta lucha tiene a mujeres y hombres que actúan a diario respaldados por la Veeduría Cívica de Providencia, por la Diáspora Raizal, líderes religiosos y centenares de pescadores que lo acompañan de las asociaciones: Fish and Farm, Pesproislas, Asopesbot y I Fish.

¿Cuáles fueron los hechos que iniciaron esta movilización que lleva 80 días a este domingo 31 de mayo?

Primero hay que-observar y que tratar de entender cómo funcionan los fenómenos a escala global para comprender las situaciones propias, los eventos que estamos atravesando; el comportamiento de las Fuerzas Armadas, de las autoridades locales, que nos llevó a esta acción de instalar el Campamento por la Dignidad: es porque somos dolientes, somos víctimas de una agresión que en nuestro caso –el Pueblo Raizal– se viene dando sistemáticamente desde hace 200 años que decidimos adherirnos a la nación y fueron 200 años de exclusión, de imposición, 200 años donde nosotros nunca hemos sido llamados a consultar sobre nuestra voluntad en la toma de decisiones frentes a nuestros intereses; 200 años en que nuestro territorio ha sido diezmado por decisión de las gentes que gobiernan este país y ni hablar de las afectaciones sicológicas, sociales, culturales y económicas; porque tenemos una economía que se sale de nuestro control, siendo esto un territorio étnico con todos los reconocimientos internacionales que aparecen en la legislación colombiana. Hay suficiente ilustración sobre el tema étnico en el mundo, estamos ante un país rudimentario, ordinario en su relación con las minorías, con las distintas etnias.

¿Pero, qué los llevó a tomar esta decisión? ¿cuál fue el Florero de Llorente?

Nosotros tomamos esa decisión a raíz de todas estas agresiones y sobre todo porque hay unos actos en los últimos meses que han sido muy ofensivos como la colocación del muelle de guardacostas en un lugar prohibido y que se interpone con el lugar donde ha estado colocado el muelle de la Cooperativa, donde se hacen unas instalaciones que la comunidad había rechazado en el 2015 y que venía rechazando desde 1995 cuando 1800 personas se pronunciaron y pusieron sus firmas para oponerse a idénticas iniciativas y, por fortuna los pescadores estábamos organizados en la federación y llegamos aquí para ayudar en un acto de solidaridad a los compañeros de ‘Fish And Farm’. Llegamos las otras tres organizaciones de pescadores a respaldarlos y defender sus intereses que son los intereses de todos los pescadores y los providencianos.

¿Cuál es su ideología? ¿cómo lleva el peso del liderazgo del ‘Campamento por la Dignidad’?

Mi ideología es la democracia, comprendida como un sistema político independiente. La democracia es un procedimiento político, económico, social, cultural, ambiental, totalmente independiente, y creo que es lo que está generando el movimiento de indignación que hay en Colombia y el mundo.

¿Cómo se está comportando esa democracia aquí en Providencia?

Generalmente en las periferias se reproducen de forma caricaturesca los modelos. El modelo colombiano es liberal combinado con el neoliberalismo que empezó a ingresar en el país desde finales de la década de los 80’s y comenzó a profundizarse con el gobierno de Cesar Gaviria; no obstante siguió siendo un país que no alcanzó plenamente a desarrollar su capitalismo, siguió siendo un país feudal y entonces hay una extraña mezcla del capitalismo primario con el neocapitalismo con una clase terrateniente que coexiste con otra emergente que se nutrió y se financió también con dineros del narcotráfico y ha logrado asaltar las estructuras del Estado con ciertos niveles de cohesión.

Ese sistema de poder –que Álvaro Gómez Hurtado llamaba ‘sistema de complicidades’–, ha generado una administración pública ineficiente y corrupta.

Desde luego, el archipiélago no escapa a eso, entonces se presentan por aquí líderes cantinflescos, macondianos, prácticamente haciendo mofa de la comunidad con sus actuaciones. Miremos solo cuantos gobernadores han resultado presos en los últimos años por temas de corrupción… Entonces eso tiene que motivar un gran análisis, una profunda meditación sobre la vigencia de un sistema que se ha vuelto monolítico, rígido que no se muestra capaz de renovarse a sí mismo, de mejorarse a sí mismo, por eso vemos la gran movilización nacional en contra de ese modelo y en contra de esa clase emergente, corrupta y gansteril.

¿En plena reconstrucción cuál es la afectación para los providencianos frente a la supuesta arbitrariedad de instalar el muelle?

La reconstrucción, tal como la estamos viendo, no es un plan para reconstruir Providencia y Santa Catalina ni para mejorar las condiciones de vida de su gente. La llamada reconstrucción es un plan encubierto de despojo territorial. El Huracán Iota fue la gran oportunidad que esperaba esa clase emergente que gobierna al país. Podemos analizar, en la práctica, las promesas de lo que ellos llaman el Plan de Reconstrucción; miremos el Plan de Acción Específica (PAE) y comparémoslo con la realidad. Miremos la Ley 1523 y lo que dice sobre los temas de reconstrucción después de una emergencia –como la que nosotros atravesamos– y nos vamos a encontrar que lo que hay aquí es una hilera larga de mentiras y de engaños.

Pero hay un gran positivismo en la Gerencia de la Reconstrucción, con todas esas propuestas del PAE ¿Qué saben ellos que ustedes no vean?

Aquí vemos cómo a seis meses del huracán ninguno de los techos colocados han sido colocados con los anclajes y amarres anti huracán, estamos hablando de alrededor de 500 techos que se han reconstruido; por otra parte se han construido apenas dos viviendas nuevas, no hay un solo refugio, cuando aquí se habló primero que se iba a dar prioridad a las viviendas que eran más fáciles de reconstruir con el objeto de que pudieran resguardar a la gente que había quedado a la intemperie, se habló de darle prioridad a los refugios y que los refugios naturales iban a ser las 17 iglesias, de las 17 no hay ni un solo refugio terminado y estamos ya entrando a la temporada de lluvias y huracanes.

¿Cómo ha sido esa negociación con la Armada?

Nosotros hemos sido claros y enfáticos en que la Armada tiene que cumplir la Ley y hay una normatividad ambiental, una normatividad de control urbanístico –establecida en el Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT)–, además de una consulta previa y los intereses de los pescadores. Entonces, la Armada tiene que cumplir la Ley y las autoridades hacerla cumplir, tan sencillo como eso.

Mire, le voy a contar algo: aquí hay personas foráneas que se están apropiando de la tierra de los raizales, personas que se están aprovechando de la necesidad, del estado de vulnerabilidad de la población para comprar tierras, además la prioridad habitacional se le están dando a la gente de afuera cuando tenemos a muchas personas viviendo en carpas en medio de escombros.

Entonces, cuando uno analiza todo esto, además con el pronóstico de la época de huracanes de nuevo encima, uno dice “algo oscuro está ocurriendo aquí” … ¿porque parte de la población no reacciona?

¿Quizás se ha visto reducida por temor, por la negación de los espacios?

Gran parte de la respuesta está en que hemos tenido líderes que han optado por sus intereses personales y los han puesto por encima de los intereses colectivos. Líderes egoístas y/o corruptos que prefieren ofender los intereses de su comunidad a quedar mal con los intereses de sus amos.

¿Qué pasaría si la defensa de este Campamento por la Dignidad no gana la batalla?

Esto no va a fracasar, porque nosotros estamos movilizados y la razón está de nuestro lado. La estrategia de nosotros probablemente no dé resultados en lo inmediato, es una estrategia de largo aliento, una estrategia de resistencia y las resistencias son a veces centenarias, milenarias; hay que entenderlo así y la resistencia se está volviendo un modelo, una cultura, un paradigma, los pescadores de Providencia han mandado un mensaje al mundo que los pescadores_per se, no pueden ser subestimados, hemos mandado un mensaje que somos un sector vulnerable, excluido pero hemos tenido la capacidad de organizarnos, de comprender lo que está sucediendo y hemos tenido la capacidad de movilizarnos y convertirnos en la vanguardia movilizadora de la población, eso es importante.

Usted ha venido demostrando coraje y determinación ¿Se siente reconocido como líder?

Las cosas no se pueden centrar ni orbitar ni poner a gravitar sobre mi figura porque ese es uno de los errores de los anteriores procesos. Aquí lo que está en juego es demasiado importante para eso, aquí lo que hay que poner por delante son los esfuerzos colectivos que se han hecho, el esfuerzo de unidad que ha hecho la Federación de Pescadores Artesanales de Providencia y Santa Catalina; el esfuerzo que ha significado el Campamento por la Dignidad, un punto de convergencia, donde han llegado las organizaciones de acción comunal, los artistas, la juventud, los operadores turísticos, donde ha tenido presencia muy importante la Veeduría Cívica Ciudadana, la Autoridad Raizal, las veedurías de San Andrés y donde un conjunto de mujeres y hombres por todo el mundo, hasta el mismo congreso de Estados Unidos, se han expresado a favor de la lucha de los pescadores.

¿Cómo visualiza el futuro de este espacio donde quieren poner hoy la Estación de Guardacostas?

Hay un escenario que nosotros soñamos por el cual estamos luchando y trabajando fuertemente que es la preservación de los recursos naturales, de todas las riquezas culturales y del medio ambiente, donde hay una población étnica, consciente y afincada en su territorio, prevaleciendo en su territorio, donde hay modelos de participación en la toma de decisiones más importante sobre su futuro, donde los niños tienen una opción, donde las estructuras del poder administrativo del Estado, se han logrado depurar, donde los administradores públicos son personas que entran a esos oficios por vocación, donde hay énfasis en la educación y la apropiación sana y sostenible de la tecnología, donde los intelectuales y líderes sociales están aglutinados para formular soluciones para pensar alternativas ante los problemas que estén presentando, donde el turismo sea responsable, de contemplación, un turismo que sea planeado desde la capacidad de carga del Municipio y el Departamento. Esa es la visión que tenemos y esa es, digamos, la causa de nuestra lucha, la causa del Campamento por la Dignidad.