Como es tradición en Haynes Cay todos los fines de semana grandes grupos familiares, de amigos, empresas o instituciones, realizan integraciones llevando consigo todo lo relacionado para un día de picnic dejando, en su retorno a San Andrés, todos los desechos acumulados o esparcidos en los alrededores del cayo.
Este destino turístico, rico en biodiversidad e incomparable belleza paisajística, estaría catalogado en otros países como santuario o área protegida, apto para el turismo sí, pero de una manera sostenible y que no genere impactos negativos sobre el medio ambiente.
Lo que la mayoría de estos grupos de vacacionistas tienen en común, es el desconocimiento que dicen tener sobre qué hacer con la basura que producen al culminar sus actividades recreativas y no tienen certeza si las prácticas de cocina al aire libre son permitidas por las autoridades ambientales y de Gobierno.
Aunado a esto, la falta de anuncios persuasivos y sobre educación ambiental, que conlleven a la protección y conservación del ecosistema, así como de personal que controle lo que ingresa y sale del Cayo, son acciones impostergables, sentencian los concesionarios de Haynes Cay.
También las iguanas
“Lo mismo ocurrió con el robo de las Iguanas que eran un atractivo turístico más del cayo, y fueron a parar en ollas de rondón y hasta venían nuestros propios paisanos a llevárselas en sacos, sin que pudiéramos hacer nada al respecto, porque se ponen violentos” comentó uno de los trabajadores.
En el último trimestre del 2011 había alrededor de 25 iguanas que eran alimentadas y cuidadas por el personal de uno de los Kioscos. Hoy no queda ninguna.
El Haynes Cay, recibe además en promedio, a unos 1200 turistas semanales, actividad que produce igualmente basura que si bien es recolectada, reciclada y sacada en lancha por los propietarios de los restaurantes que allí funcionan, en ocasiones van a dar al mar o se incrustan en el borde rocoso.
¿Parque Regional?
Correspondencias que datan de 1998 hasta la fecha dirigidas a gobernadores, secretarios de Turismo e instancias ambientales, así como solicitudes de ayuda a políticos que visitan con frecuencia el cayo y conocen de frente esta problemática, son gestiones infructuosas que tienen amarrados de manos a los prestadores de servicios del Haynes Cay.
“Esta es en la lucha por mantener libre de basuras y contaminación, tan preciada reserva natural” dijo Bernardo James, propietario de uno de los restaurantes quién ha visto crecer por muchos años este problema.
En una reciente entrevista realizada a la Directora de Coralina, Elizabeth Taylor Jay, dijo que se buscaba aplicar el modelo del (Parque Natural Regional) Jhonny Cay, en el Acuario y Haynes Cay.
Pero mientras estas gestiones se hacen realidad, el ambientalista Macario Po, ha venido liderando tareas de limpieza en el Acuario y Haynes Cay, hasta dónde él llega bien temprano en kayak, saliendo desde San Luis y teniendo como primer panorama latas de refresco y envoltorios de mecates nadando a los costados del muelle.
“El problema principal de los residuos sólidos regados en Haynes Cay, es la responsabilidad de las personas que van a cocinar y realizar fiestas” reconoció.
Powell, también gestiona la creación de una ONG que adopte la protección de estos cayos, y convertirlos en reserva protegida y agregó, “No importa el mecanismo que se adopte, ni quién lo haga, lo importante es que se controle al turismo y al residente que ingresa todo tipo de objetos y productos a los cayos”, concluyó.
Por Ethel Bent Castro