A raíz de la jornada de limpieza adelantada en la cancha conocida como el ‘Maracaná’ (en el barrio Obrero) y de la construcción allí de una mesa y dos bancas con arena de vidrio reciclado, EL ISLEÑO dialogó con Andrés Arteaga, creador de la empresa GreenIsland, responsable de esta novedosa propuesta. Producción local y preservación del medio ambiente.
El administrador de empresas relató que su compañía inició operaciones legalmente desde 2019 en San Andrés, pero su propuesta inicial no tuvo mucho eco; así que se trasladó a Medellín (donde había realizado sus estudios de pregrado) para implementar un sistema de recolección de plástico por medio de una máquina en la que al depositar un envase de ese material, ésta devolvía un cupón de descuento en un almacén específico.
“Así empezó la empresa como tal. Intenté implementar ese mismo sistema en la isla, pero resultaba muy costoso y tampoco había voluntad política en ese momento”, comentó el profesional quien se ha especializado en Gestión de Proyectos.
Relató, además, que cuando llegó la pandemia tuvo que entregar la maquinaria y parar esa actividad en Medellín. Luego retomó acciones, haciendo algunas investigaciones de cómo podía mitigar alguna de las problemáticas ambientales en San Andrés, puesto que el enfoque de su empresa es ser gestor ambiental.
“Dentro de ese análisis encontré que los plásticos, el cartón y otros residuos ya estaban siendo gestionados por más organizaciones; sin embargo, con el vidrio no se hacía nada, solamente recogerlo y partirlo para llevarlo al relleno sanitario. Entonces ahí tuve la idea inicial, orientada a ejecutar procesos de transformación aquí mismo en la isla (más allá de la mera recolección o transporte de residuos)”, explicó Arteaga.
Alianzas estratégicas
Luego llegó la alianza con la empresa paisa ‘Ecocircular’, organización que trabaja en distintos frentes y sectores del país.
De esta manera construyeron un proyecto, tomando como referencia a San Andrés, cuya primera línea fue analizar si era viable sacar el vidrio de la isla. El resultado de este estudio arrojó que no lo era, por el peso del vidrio; así que la segunda alternativa era evaluar un posible proceso de transformación in situ.
“Con ese análisis encontramos que el vidrio era reutilizable un 100%, para elaborar artesanías, adoquines y esculturas, entre otros; adicional a que se disminuye la cantidad de botellas que van a parar al relleno sanitario. Por eso se creó una máquina para transformarlo en arenilla”, añadió el representante de GreenIsland.
La primera prueba que hicieron –relató– fue precisamente en la bodega que actualmente es su centro de operaciones (en el barrio Natania), la cual no tenía andén en la calle. Después de año y medio de haberse construido esa acera, no se ha cuarteado ni partido.
Así mismo, el administrador indicó que la arena de vidrio ha pasado por diferentes estudios de laboratorio, para medir humedad, resistencia y demás. Los resultados han demostrado que sirve para hacer esculturas, placahuellas o bancas, como las que entregaron en la cancha del ‘Maracaná’ hace unos días.
“Estamos contratando otros estudios para evaluar su viabilidad en estructuras más grandes como edificios o casas, y medir qué tanto podría reemplazar la arena convencional o qué otros usos ecoamigables se le puede dar para el mejoramiento de la isla”, anotó.
Fortalecimiento del negocio
Con respecto a la adecuación de la planta y la adquisición de la máquina, Arteaga manifestó que lo primero fue con recursos propios, y que el equipo fue adquirido por medio de una alianza con Ecocircular, quien les proporcionó ese activo en modalidad de comodato “para no dejar morir el proyecto”.
“Fue un aporte muy valioso porque comprar esa máquina no iba a ser posible, requeriría de mucha inversión; así que nosotros nos encargamos del mantenimiento y del resto del proceso. Actualmente la bodega cuenta con las características requeridas para no generar molestias al vecindario, pero estamos en la búsqueda de un punto de acopio más retirado y para poder tener mayor capacidad de almacenamiento”, agregó.
En el momento, GreenIsland tiene contratadas a tres personas de manera directa y vincula indirectamente a más personal de acuerdo a la necesidad, principalmente para el transporte de las botellas desde los barrios Serranilla y School House hasta la bodega, los lunes y los viernes.
A grosso modo el proceso de GreenIsland comprende la recolección y transporte de vidrio; una vez en la bodega, se hace la limpieza, separación y se ingresa por la tolva de la máquina que hace el resto del proceso, arrojando la arena por un lado, y el papel de etiqueta por otro.
Con respecto a la proyección de la empresa, Arteaga dijo que con los análisis que se están efectuando sobre la arena, pretende darla a conocer más en el mercado; pero que hasta ahora los ingresos se generan gracias a la prestación del servicio de triturado de vidrio y de producción de arena para Ecocircular.
A la fecha sólo algunos maestros de obra han comprado la arena, para trabajos que ellos mismos están haciendo en sus casas. No obstante, la meta es ofrecerla en el mercado local en un futuro próximo, bajo todos los estándares requeridos.
“Nuestro deseo es seguir creciendo como empresa de gestión ambiental porque además de la producción de arena, también ofrecemos asesoría en la construcción de planes de manejo de residuos en restaurantes u hoteles; sumado a sugerir alternativas más ecológicas para ese proceso, porque recordemos que vivimos en una reserva de biosfera y como tal debemos vivir”, puntualizó el creador de GreenIsland.