Un día como hoy, hace 512 años, en el día de San Andrés del santoral católico nuestra isla entró a formar parte de la historia colonial europea cuando fue ‘descubierta’ por navegantes españoles que habían sido enviados a colonizar y explotar la costa centroamericana atendiendo los reportes del cuarto viaje de Cristóbal Colón sobre una inmensa riqueza en oro por tomar.
Ellos no se interesaron en poblar las islas y esa labor la ejercieron los ingleses quienes comenzando en 1629 aportarían las bases de la cultura y el pueblo isleño nativo.
Muchos historiadores sostienen que el descubrimiento ocurrió cuando un violento huracán empujó el barco del capitán Lope de Olano hacia las islas, aunque podría ser también que, simplemente, pasaba por ellas en un periplo de exploración o en un viaje hacia Santo Domingo, porque él y su jefe Diego de Nicuesa tenían como base de operaciones la costa noroeste de Panamá cerca de Bocas del Toro y nuestras islas están a un paso en la ruta de navegación hacia las Antillas mayores.
Olano era un aventurero con espíritu independiente ansioso por sacar el mayor provecho y oro posibles y por eso mantuvo una especie de expedición paralela que generó una enemistad duradera con Nicuesa, con quien llegó a la zona a principios de 1510.
No es muy claro lo que hizo Olano entre marzo y finales de ese año, tiempo durante el cual la tradición oral asegura que llegó a nuestras islas, primero a Santa Catalina y Providencia (entonces unidas) el 25 de noviembre, y luego a San Andrés hoy hace 512 años.
A diferencia de todo lo que hizo Nicuesa, el Gobernador de Veraguas (comprendida entre el Urabá y Cabo Gracias a Dios), no hay registros documentales de la llegada de Olano a San Andrés, y todo lo de él nos llega por tradición oral y referencias de cronistas como Fray Bartolomé de las Casas.
Una carta fechada 9 de noviembre de 1510 nos provee evidencia de que Nicuesa envió ese mes a uno de sus dos bergantines a Santa Domingo, posiblemente comandado por Olano, un excelente navegante, en busca de socorro porque en menos de un año su expedición estaba a punto de fracasar, tras haber perdido la mayoría de sus hombres, estando débil de salud y desprovisto de comida.
Lo más probable fue que esa expedición, en plena época de huracanes, se acercó a las islas y se dio el descubrimiento. No es claro si llegaron a su destino programado, y en todo caso una expedición de ayuda partió en octubre de 1510 de Santo Domingo a ayudar a Nicuesa y sus hombres.
Otros han escrito sin proveer evidencias históricas de que Olano llegó a las islas cuando se dirigía con Nicuesa desde Cartagena a tomar posesión de sus nuevos territorios tras vengar, con una horrible matanza de indígenas en Turbaco, la muerte del famoso cartógrafo Juan de la Cosa, ocurrida el 28 de febrero de 1510.
Las crónicas de le época –como la del citado De las Casas– no respaldan esta teoría y en todo caso la matanza y llegada a Veraguas ocurrieron en febrero y en marzo, que no son meses de huracanes sino del ‘North Wind’, vientos de norte a sur.
No fue Colón
Lo que sabemos con certeza es que el ‘descubridor’ de las Américas no halló nuestro archipiélago, como por años se había creído, aunque sí pasó cerca en su cuarto viaje (1502-1504) y Olano lo acompañó. Precisamente por su conocimiento del área Olano fue escogido para trabajar con Nicuesa.
No es mucho lo que se sabe de Olano. Era capitán de uno de los dos bergantines de Nicuesa, quien por Real Cédula de 1508 recibió licencia para conquistar y gobernar Veraguas, siguiendo un nuevo impulso a la colonización en Centroamérica después del último viaje de Colón. Su historia es una de aventureros ansiosos de riqueza en la época de un mayor impulso de las exploraciones que habían captado la imaginación de muchos jóvenes como el, que se enfrentaron a muchas aventuras pero también una que otra desventura.
En varias ocasiones Olano estuvo en el lado opuesto del orden y de sus superiores y tanto Colón como Nicuesa ordenaron matarlo, algo que finalmente hicieron los indígenas con flechas en Acla en 1517. En el Archivo de Indias de Sevilla hay una solicitud de reclamo de su herencia. Varios cronistas reportan sus problemas con Nicuesa, cuyo destino lo guarda la inmensidad del mar Caribe que lo acogió después de que fuera desterrado de Centroamérica en marzo de 1511 con la intención de que volviera a España, humillado por su fracaso.
Después de ello Olano entró al servicio del héroe panameño Vasco Núñez de Balboa, quien reemplazó a Nicuesa como Gobernador de Veraguas. Este decidió aprovechar el conocimiento del área, valentía y resistencia a enfermedades tropicales de Olano, permitiéndole acompañarlo cuando descubrió el Océano Pacífico en 1513. Las exploraciones se centraron ahora en la parte noreste del Istmo alrededor de Panamá y Portobello y poco ocurrió por el lado de nuestras islas, hasta 1629.
A raíz de los 500 años del descubrimiento de San Andrés en 2010 en el País Vasco ha habido un gran interés en Olano, oriundo del pequeño pueblo de Azkoitia que ahora es famoso porque este aventurero puso a nuestro archipiélago en el mapa universal. El 2010 se publicó la novela histórica ‘El Capitán Olano’ del historiador anglo-español Edward Rosett.
Islas españolas, pueblo británico
Nuestras islas eran insignificantes para el imperio español porque eran diminutas y no tenían oro. Pero la ausencia de poblamiento hispano y la posición estratégica de las mismas, ideal para atacar barcos, fueron aprovechadas por otras potencias coloniales que también buscaban riqueza en las Américas, sentando las bases por los ingleses para la configuración del legado histórico, cultural y lingüístico de la población nativa raizal.
Ellos establecieron una colonia y una base de piratería en Providencia y Santa Catalina en 1629, pero fueron desalojados por los españoles en 1641, aunque las islas no salieron de la órbita inglesa hasta 1822. Después de 1641 quedaron prácticamente deshabitadas pero continuarían siendo un alberge de piratas, siendo el galés Henry Morgan el más famoso.
Ese inicio de colonización y piratería inglesa nos dejó una docena de baterías y el imponente Fort Warwick, el más importante sitio arqueológico de nuestro departamento, vestigio principal del único asentamiento inglés en territorio colombiano y uno de tres legados históricos registrados como bienes de patrimonio nacional.
Este período de ausencia de poblamiento culmina a finales del siglo XVIII cuando comienzan a llegar colonos británicos de Jamaica a dedicarse a la agricultura. Su principal protagonista fue Francis Archbold.
Esta ola migratoria consolida el carácter anglo-afro-caribeño del raizal, aunque la ocupación en 1818 por Luís Aury asegura la incorporación de las islas a Colombia, algo que por fin les otorga su estabilidad legal, comercial y política.
San Andrés comparte con Escocia y otros lugares su bandera de cruz de asta blanca sobre fondo azul, una representación de la cruz donde el apóstol San Andrés fue sacrificado el 30 de noviembre del año 60 de nuestra era en Patras, Grecia.