Jennifer Redfearn la directora del documental Sun come up, nominado a los premios Oscar 2011, explicó en un taller como lo realizó. Hoy, a las 7:30 será presentada esta cinta de 38 minutos en el marco del festival Seaflower fest.
Su motivación para hacerlo fue su asombro al saber que ya había gente desplazada por el cambio climático. Entonces decidió dar a conocer esta historia conmovedora. Narra la historia de las islas Carteret en Papua, Nueva Guinea ubicada en el Pacífico sur, que tuvo que ser evacuada en su totalidad porque en el 2015, ya no podrá vivir nadie allí. El agua lo habrá invadido todo.
Las comunidades religiosas de otras localidades donaron algunas tierras a las dos mil quinientas personas que salieron de cinco pequeñas islas. En su nueva tierra, tuvieron que vivir un largo proceso que incluyó un intercambio cultural para la integración.
Luego de los contactos iniciales con los nativos Jennifer y Tim Metzger, apoyados solo por su propio presupuesto emprendieron un viaje de cinco días de recorrido desde Nueva York a esa isla. Tim fue el director de fotografía. Fueron seis semanas de filmación y tres años de post producción.
Posteriormente lograron recolectar algunos fondos aunque el presupuesto fue limitado. Un monto cercano a los 130 mil dólares se fueron en filmar y editar.
Poco después el documental estuvo nominado al Oscar y ya ha estado en mas de 50 festivales. La nominación fue positiva para el film porque así se promocionó y mas personas lo pudieron ver. El canal HBO lo adquirió y también hubo copias para las universidades.
Jennifer tiene un backround en biología y periodismo, que han sido sus temas de interés por varios años. Es documentalista, productora, editora, y ganadora de premios y Tim es productor y director de fotografía. Su trabajo de dirección fotográfico también estuvo nominado al Oscar. Sus filmaciones han sido transmitidas por Discovery, National Geographic, History Channel y PBS y los han llevado a recónditos lugares del mundo. La mayoría de los trabajos versan sobre el cambio climático. Con algunos trabajos financian aquellos otros de su interés personal.
Sus vidas han cambiado de muchas maneras. Ahora buscan minimizar el impacto personal que causan al medio ambiente. Están empezando a cultivar su propia comida, y comer cosas orgánicas.
De San Andrés Jennifer sale a Paraguay para filmar una orquesta con instrumentos fabricados con productos reciclados.
CINE MADE IN SAN ANDRES
El cine made in San Andrés estuvo bajo la mira de productores extranjeros, un español y los dos norteamericanos que estuvieron nominados a los premios Oscar 2011.
Se presentaron películas locales realizadas en talleres auspiciados por centros educativos de la isla.
Una de ellas fue Paradaise, 8 minutos, de Rafael Archbold, con imágenes rápidas y sistemáticas que evocan la película Metropolis de Friz Lang, una de las primeras producciones de la historia del cine. Aquí se ve el turismo vs la parte desmaquillada de San Andrés: la arquitectura isleña disminuida y deteriorada, obras inconclusas, abandonadas, habitadas por la desidia. La vida que pasa ligera frente al abandono. La música original tiene momentos frenéticos y otros suaves que le dan fuerza. Medio camino entre video arte y video denuncia por una isla que se cae a pedazos ante las miradas indiferentes.
Le siguió Sueños robados de Selene Guzmán, emotivo corto metraje realizado por un colectivo de alumnos de diversos colegios de San Andrés, que narra la angustia de una muchacha que sufre una enfermedad terminal y la incomprensión social.
Self - Determination, 20 minutos, una cinta basada en documentos y marchas del pueblo isleño que quieren obtener su autodeterminación. Mensaje a Colombia y resto del país y el mundo de cómo se sienten aquí. Se ha presentado en festivales, teatros locales en varios foros y festivales del país y han sido invitados al extranjero.
Dejá vu, 8 minutos de Edward Lunazzi (16). Una propuesta narrativa peculiar que muestra desde el pasado lo que será el futuro. Lo que se perdió. Una actitud de preservar, recuperar. Fantástico talento perteneciente a una generación joven. Un viaje al futuro. Un guiño con el documental de ayer que fue un viaje al contrario. Un viaje al futuro observado desde el pasado. Edward de 16 años ganó con esta, su opera prima, el primer lugar entre los proyectos presentados en el marco del taller de cine IV Encarrete Isleño de la Fundación Henrrieta. Entre sus proyectos, estudiar cinematografía.
La noche cerró con la película Los colores de la montaña, 90 minutos, Colombia 2011 de Carlos César Arbeláez. Fue presentada por Pedro Zuluaga, crítico de cine y profesor universitario quien explicó que el tratamiento de la violencia en el cine tiene aquí una nueva forma de representación. El acento está puesto en los niños, sus víctimas.
Este largo metraje de ficción se centra en la historia de unos niños cuyo balón de fútbol cae en un campo minado. Tratan por todos los medios de recuperarlo. Se vislumbra el drama secreto de y psicológico de sus protagonistas. Lo violento se ve mas en los sonidos y los silencios. Esta es la nueva tendencia del cine colombiano y un reenfoque para mostrar la violencia.
Los colores de la montaña fue un éxito comercial en Colombia, con más de 400 mil espectadores.
La jornada reunió a los que han obtenido el éxito y a aquellos que apenas comienzan, pero exitosos también. En todos, el llamado para recuperar el planeta.