Cada 22 de junio se celebra en el mundo el Día de los Bosques Tropicales, fecha establecida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para fomentar acciones sostenibles y armónicas en pro de su manejo adecuado.
Como se recordará, con el paso del huracán Iota por Providencia en 2020 al menos un 90% del bosque seco tropical (BST) de la isla se vio afectado (cifras del Instituto Humboldt), particularmente en The Peak y en Iron Wood Hill, sectores que poseían una cobertura muy importante.
Entre las especies comunes en este ecosistema, se observaban el indio desnudo (Bursera simaruba) o la ceiba (Ceiba pentandra), entre otros árboles de gran follaje.
Proveedores de vida
Según el Ministerio de Ambiente, el BST se define como una formación vegetal que presenta una cobertura boscosa continua, que se distribuye entre los 0 y 1.000 metros de altitud, en temperaturas superiores a los 24ºC (piso térmico cálido).
Estos bosques, aportan una amplia gama de servicios ecosistémicos, tales como brindar hábitat a especies tan valiosas como el cangrejo negro; o el aprovisionamiento de frutos como níspero, mamoncillo o hobo, ají o especies madereras.
Adicionalmente, contribuyen a la captura y almacenamiento de dióxido de carbono para la amortiguación del cambio climático global, protección contra la erosión, y la absorción, almacenamiento y liberación de agua lluvia y freática; entre otros.
De ahí que se emprendieran sendas acciones en pro de su recuperación, tras el daño masivo de la capa vegetal causado por el evento natural.
Recuperación ecosistémica
Según lo consultado a profesionales del departamento de Mares y Costas, de la Corporación Ambiental para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago (Coralina), la entidad, en trabajo articulado con diferentes entidades del orden nacional como el Sistema Nacional Ambiental (SINA), Masbosques y el mismo Instituto Humboldt, desarrolló diversas acciones en pro de la ‘recuperación’ (diferente a la ‘restauración’) de este bosque estratégico.
Durante los primeros 10 días de ocurrido el huracán, varios expertos estimaron un altísimo porcentaje de afectación del BST; sin embargo, durante un segundo diagnóstico, en las zonas muestreadas se encontró una mortalidad inferior al 12% y un nivel de rebrote superior al 40%, lo que sugería una rápida recuperación de ese sistema natural.
La resiliencia de ese ecosistema –recalca Mares y Costas–, sumada a las acciones de limpieza, recuperación de algunos flujos hídricos, siembras y jornadas de educación (realizadas por Coralina en convenio con Masbosques), han permitido que poco a poco se vaya recuperando la cobertura vegetal.
Aún no se tiene con exactitud un consolidado de esta recuperación ecológica, pues se trata, dicen los expertos, de un proceso natural de largo aliento; pero los resultados obtenidos hasta el momento, el rebrote satisfactorio de varias especies que nuevamente pintan de verde a Providencia, dan un parte satisfactorio de las medidas adoptadas desde 2021.
El proceso de recuperación seguirá desarrollándose desde varios frentes, aunados entre sí, con eliminación de plantas invasoras, recuperación total de flujos hídricos, propagación y siembra de especies nativas con importancia ecológica, además –y muy importante–, con el mantenimiento, monitoreo y seguimiento participativo de la comunidad local para garantizar su continuidad.
(Foto: Boris Villanueva)