En marco de la Rendición de Cuentas 2020 desarrollada por la Universidad Nacional (U.N.) de Colombia, Sede Caribe, EL ISLEÑO dialogó con su directora, la bióloga y docente Adriana Santos Martínez, para conocer más en detalle algunos de los logros alcanzados y dados a conocer en este balance. Entrevista.
Tal y como lo manifestó la entidad, la vigencia analizada estuvo marcada históricamente por la llegada de la pandemia, lo que conllevó a una notable la alteración del calendario tanto académico, como de actividades de extensión y de intercambio en sus institutos: de Estudios Caribeños (IEC), de Estudios en Ciencias del Mar (Cecimar) y Jardín Botánico.
De acuerdo con la directora, esta situación particular trajo grandes transformaciones también en el ámbito educativo, y obligó al rediseño de estrategias para el cumplimiento del Plan de Acción de Sede 2019-2021.
No obstante, los desafíos que llegaron, la contribución de la entidad en materia de formación en el territorio insular siguió siendo vital; y muy a diferencia de lo que se pensaría, el nivel de deserción universitaria no sobrepasó el histórico; además, de que se amplió la oferta académica del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (PEAMA) en áreas de la salud, ofreciendo un cupo en el programa curricular de Medicina, dos en Fonoaudiología y uno en Terapia Ocupacional.
Flexibilización académica
Con respecto a las medidas adoptadas por la U.N. para encarar los retos en materia académica, entre ellos, la imperiosa necesidad de impartir clases apoyadas en la tecnología, Santos dijo que “fue muy difícil” dada la inestable conectividad en las islas; además de las dificultades de la mayoría de los estudiantes en sus casas, en cuanto a espacio y privacidad.
“Lo anterior, sumado a que nadie estaba preparado para cambios tan drásticos y que no teníamos una cultura de la virtualidad y la semipresencialidad en las clases, produjo en ocasiones situaciones de desgaste en los docentes, puesto que sentíamos que los estudiantes no respondían a lo que se les explicaba y por la resistencia de algunos al uso de herramientas tecnológicas”, explicó.
Sin embargo, la situación se fue superando poco a poco; los profesores se fueron instruyendo en el camino, también en el manejo de herramientas pedagógicas; y con mucho optimismo fueron ajustando las clases de acuerdo a las condiciones del Departamento.
A medida que se fueron flexibilizando las medidas a nivel nacional, retomaron ciertas prácticas en laboratorio, salidas de campo y algunas clases de manera presencial, con la ventaja que, al tener grupos muy pequeños y salones grandes, podían acomodarse manteniendo las distancias establecidas.
Durante la entrega de resultados del 2020, la directora enfatizó que la Sede también flexibilizó varias de sus políticas, como, por ejemplo, la de cancelar semestre en el momento que lo requiriera un estudiante; o que las calificaciones por debajo de 3,0 no afectarían su promedio general ni el número de créditos.
Liderazgo en investigación y publicación
Cuando se le consultó a la directora, cuáles de los logros en el año 2020 destacaría más, se refirió a la posibilidad de seguir avanzando en las líneas de investigación y extensión.
“Me siento muy satisfecha, porque seguimos teniendo en la universidad un muy buen récord por profesor en la producción de artículos, publicación de libros y presentación en eventos; por eso somos líderes en la región, en materia de investigaciones socioculturales, turísticas, ambientales y de geopolítica”, indicó.
Según quedó consignado en su balance social, dicho liderazgo está soportado en la labor adelantada por cuatro grupos de investigación: Estudios Ambientales del Caribe; Nación, Región y Relaciones Internacionales en el Caribe y América Latina; Estado y Sociedad del Caribe; y Fauna Marina Colombiana: Biodiversidad y Usos; los cuales incluyen a los 11 docentes y cerca de 60 investigadores y estudiantes de pregrado y posgrado.
Frutos del trabajo
“Otro logro más que nos propusimos y hemos alcanzado, corresponde al fortalecimiento del IEC, para que se siga posicionado en el ámbito local, nacional e internacional. Por eso se generó la cátedra de ‘Pensamiento Crítico’, en la que participaron colegas del Gran Caribe con quienes trabajamos hace varios años, y con una masiva asistencia de forma virtual. En este sentido, resalto, además, que obtuvimos recursos por regalías para la reorganización de algunos de nuestros laboratorios”, añadió la docente.
Una pregunta adicional elevada a la directora, estuvo relacionada con las actividades al interior del Jardín Botánico de San Andrés en la pasada vigencia. Tal y como lo refirió también durante la Rendición de Cuentas su director, el profesor Jairo Medina, la pandemia obligó a reconfigurar la programación establecida en dicho espacio natural.
“Algunas actividades se reprogramaron de forma virtual, pero otras tristemente tuvieron que ser canceladas, como, por ejemplo, los talleres de agricultura orgánica, manejo de plagas o de riego por goteo; además de las visitas de los colegios y el ingreso de turistas, lo que afectó notablemente el tema de educación ambiental”, recalcó Santos.
No obstante, las actividades al interior del Jardín no pararon. Sus colaboradores siguieron acudiendo a su sitio de trabajo, mediante un permiso especial que permitía su circulación y guardando las medidas de autoprotección. Aprovecharon para adelantar inventarios y organización de espacios, entre otras labores.
La funcionaria enfatizó que, si bien el Jardín Botánico estuvo cerrado gran parte del 2020, sus finanzas no se vieron afectadas porque la taquilla representa menos del 10% de su operación, dado que está totalmente subsidiado por la U.N. También señaló que en este 2021 se encuentran avanzando en la renovación museográfica y museológica, con nuevas piezas digitales y en 3D.
Comité de Respuesta ante Huracanes
La directora destacó igualmente, cómo las emergencias producidas por el paso de los huracanes Eta e Iota sobre el archipiélago en 2020, y muy especialmente las afectaciones de este último sobre Providencia y Santa Catalina, produjeron otros cambios al interior de la institución educativa.
“Apenas dos días después del paso de Iota, por iniciativa de la rectora nacional Dolly Montoya Castaño, se constituyó el Comité de Respuesta ante Huracanes liderado por nosotros, y con la participación de 70 directivos a nivel país y de algunos de nuestros egresados, para proponer actividades al interior y al exterior de nuestra universidad”, explicó.
Fue así como se inició el seguimiento a las personas que conforman la comunidad universitaria, encontrando que casi un centenar habían resultado afectadas en sus viviendas, con pérdida de enseres o con familiares heridos.
Igualmente se generó un fondo al interior de la Sede, con el que donaron un total de 95 millones de pesos repartidos este 2021 en bonos de 4 millones y 2 millones, para estudiantes que aún tuvieran necesidades en Providencia y en San Andrés, respectivamente.
“Internamente, tuvimos el acompañamiento de tres psicólogos, una médica y una trabajadora social, quienes estuvieron de manera presencial en Providencia durante las primeras semanas; ofrecimos servicio de telemedicina, nos encontramos gestionando la entrega de un ecógrafo digital que nos fue donado; y tenemos representación en las mesas de trabajo para el proceso de reconstrucción, a través de la antropóloga y docente Ana Isabel Márquez”, agregó la directora.
Para finalizar, Santos agradeció a los amigos de la universidad, a colegas de otras instituciones y a su equipo de colaboradores –que estimó ‘maravilloso y comprometido’–, quienes permitieron sobrellevar estos meses de incertidumbre y para poder generar su balance social 2020 de una manera positiva para las islas y para el país.
