Desde 1997, el Día Mundial de los Humedales se celebra el 2 de febrero de cada año en conmemoración a la primera 'Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional', celebrada el 2 de febrero de 1971. Sin embargo, en San Andrés falta mucho por hacer para que esta fecha se conmemore en propiedad.
En efecto, la isla cuenta con 70 humedales marinos y terrestres, de los cuales 35 son de ambientes interiores. Estos pueden ser permanentes o estacionales, ya que en épocas de sequía pueden desabastecerse de aguas superficiales y presentar vegetación en áreas previamente inundadas, pues sus aguas drenan hacia los pozos subterráneos y solo vuelven a acumularse superficialmente en temporadas de alta precipitación (1).
Hace unos años la Fundación ALMA –por medio del Convenio de Asociación No. 004 de 2015 con Coralina– entregó el informe “Actualización del inventario de humedales de agua dulce de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y zonificación a través de caracterizaciones socio-ecológicas rápidas”, en el cual se destacaba la importancia ecológica de estos ecosistemas (2).
Sin embargo, las recomendaciones para salvaguardarlos no se han tenido en cuenta en su totalidad –ni antes ni después del citado informe– y así vemos como su devastación paulatina en la isla data de mucho tiempo atrás cuando se levantaron desde viviendas irregulares hasta barrios populares, pasando inclusive por obras públicas recientes (2018), como la de un ‘complejo cultural y deportivo’ en Simpson Well.
Los humedales son considerados ecosistemas estratégicos y vitales para el desarrollo presente y futuro. Si el objetivo de nuestra Reserva de Biósfera es el desarrollo sostenible, se deben llevar a cabo obras de influencia social positiva, pero que no causen impactos ambientales negativos pues conservar los ecosistemas estratégicos debe ser una prioridad.
Por eso, en este día especial, causa al menos extrañeza, que para la necesaria ampliación de cementerio de Harmony Hall Hill, los arquitectos no hayan tenido en cuenta en el diseño del proyecto la preexistencia del humedal aledaño a la obra, para tratar de –en lugar de anularlo– integrarlo al entorno en armonía.
Porque, si bien es cierto que el cementerio estaba antes que la Universidad Nacional –que se verá afectada por la obra–, no menos cierto es que el humedal estuvo antes que todo, por obra y gracia del Creador, claro está.
-------------------
1. Garzón, N., Bolivar, S, Paez, R., Herrera, E., Mora, M., Paz, A., Newball, H., Garzón, J. y Uribe, A. 2015. Actualización del inventario de humedales de agua dulce de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y zonificación a través de caracterizaciones socio-ecológicas rápidas. Convenio de Asociación No. 004 de 2015 Coralina y Fundación Alma |
2. Alexandra Pineda-Muñoz