Unos miles de sanandresanos y providéncianos que viven hoy en la Colombia continental y en el exterior han demostrado -sin más herramientas que su osadía o su chispa para salir adelante- que son capaces de hacer caminos nuevos en la vida y han comprobado con los dones con que la naturaleza los ha dotado que encontrar el éxito no es tan difícil como lo imaginaron en un principio.