Un buen final para la guerra contra las drogas sería la legalización, como sucedió con el alcohol. De eso están convencidos hace rato muchas personas. De ahí que sea de un valor inmenso este primer paso, comparable al que el hombre diera en la luna, que están dando en tal sentido los Jefes de Estado reunidos en la Cumbre de las Américas de Cartagena.