Gran parte del sistema de las empresas prestadoras de servicios de salud –señalado por burocratizado e inoperante en San Andrés y Providencia– están llevando a extremos impensados de tratamiento inhumano a los usuarios que no hallan a donde recurrir para que sus derechos no sean violentados. Ante semejante desamparo, parece que solo quedará invocar al ‘Chapulín’, clamando el consabido: “¿¡Y ahora, quien podrá defendernos!?”