Los 25 años de Coralina

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Hace 25 años –el 30 de junio de 1995– como resultado de significativas gestiones que incluyeron un espacio propicio alcanzado mediante la creación de la Ley 99 de 1993, vio la luz la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina). La respetable autoridad ambiental de las islas. Precursora y guardiana original de la Reserva de Biosfera ‘Seaflower’. (Foto Archivo)

En efecto, el artículo 37 de dicha norma orgánica, conocida también como ‘Ley del Medio Ambiente’, ordenó crear una Corporación Autónoma que, además de sus funciones administrativas en relación con los recursos naturales y el medio ambiente, ejerciera acciones de investigación científica y mitigación, encaminadas principalmente a promover la conservación y el aprovechamiento sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Fuera de eso, a través de un parágrafo especial, la misma ley ordenó que el territorio del mismo Archipiélago se constituyera en Reserva de la Biósfera, para lo cual el Consejo Directivo de Coralina coordinaría las acciones necesarias a nivel nacional e internacional dando cumplimiento a esta disposición. Parágrafo que además fue declarado exequible (mediante Sentencia 423 de 1994) de la Corte Constitucional.

En estos 25 años el Pueblo Raizal, la Sociedad Civil y el Gobierno Departamental, han vivido cambios significativos en las costumbres sociales. En cómo hacer empresa y crear desarrollo desde un punto de vista sostenible a través de las políticas de Coralina en materia de reducción de contaminación ambiental, administración y manejo de los ecosistemas estratégicos y de los recursos naturales renovables y no renovables.

Sin embargo, el cambio climático y el inexorable calentamiento global, sumado a ciertas costumbres contaminadas y arraigadas en el comportamiento general de nuestra sociedad; han impedido que la gestión se profundice hasta los alcances anhelados. De manera que, en no pocas ocasiones, se podría decir que la intervención del hombre borra con el codo lo que Coralina hace –o trata de hacer– con la mano.

Y es este tramo, la educación ambiental debe ser esencial para la formación y consolidación de un comportamiento social y ciudadano coherente con la exigencia –y el privilegio– de vivir en una Reserva de Biosfera. Por lo demás, ser un servidor público a cargo de la Autoridad Ambiental también debe revestir un compromiso consagrado de identificación con los postulados y propósitos que la resguardan.

Así las cosas y solo así, la postulada ‘Solidaridad con las futuras generaciones’ se verá reflejada en tiempo y lugar de manera sustentable, oportuna y transparente. Por 25 y muchos años más…

Última actualización ( Domingo, 05 de Julio de 2020 04:03 )