¿El final de la cuarentena?

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Por ende, ponerle un ritmo menos acelerado a la reactivación de las actividades productivas, contrario a lo previsto inicialmente. Un panorama totalmente distinto al que se esperaba al momento del final de la cuarentena.

Y no es para menos. Pero no es gratuito. Lo que se observa a vuelo de pájaro es que el gobierno departamental se ha visto sorprendido con este panorama. Acciones como el trámite del protocolo específico para el uso de las playas, que apenas aprobó del Gobierno Nacional este jueves 4 de septiembre, tomaron más tiempo del pronosticado pese a saberse de antemano que la ‘nueva normalidad’ estaba en el radar desde hace tiempo.

También es evidente la lentitud con que ha avanzado la ejecución del plan para dotar al sistema de salud departamental de las herramientas e instrumentos necesarios para lograr el objetivo de ampliar y fortalecer las capacidades de la UCI local. Es importante reconocer que se han dado pasos, pero las 20 camas provisionales de hospitalización y el arribo de 10 camas del tipo UCI, más 10 ventiladores, no son suficientes. La búsqueda del equipamiento completo de los hospitales de las islas no puede parar por ningún motivo, tampoco la tarea de conseguir o capacitar el talento humano necesario para atender a los pacientes, mucho más si se prevé un eventual desbordamiento de las cifras de contagio de la Covid-19.

Como lo ha reiterado la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nuevo coronavirus estará por un largo periodo con nosotros y, hasta el momento, no tiene vacuna, ni un tratamiento confirmado. Por lo tanto, es imperativo no escatimar esfuerzos hasta conseguir que la protección de la salud de los ciudadanos sea una posibilidad cierta.

Por supuesto, que la comunidad debe hacer su propio esfuerzo con el distanciamiento físico, el lavado de las manos, el uso del tapabocas y respetar los protocolos de bioseguridad en todos lados para que la reactivación de las actividades se hagan con menos riesgos de contagios.

Pero el gobierno departamental tiene que insistir en impulsar planes de cultura ciudadana, "hacer pedagogía puerta a puerta y búsqueda activa de casos de aislamiento", como lo proponen los médicos intensivistas del país, y desarrollar de la mano de la comunidad el concepto de unidad para enfrentar la pandemia juntos, y no estar sujeto a las medidas policivas únicamente.

Es paradójico que se abra la isla al turismo y se encierre a la comunidad, que es parte esencial de la reactivación de los sectores productivos del territorio insular. Por eso es fundamental restablecer los indicadores de confianza tanto de los turistas en el destino, como de los empresarios y de la comunidad local en sí mismos porque hasta cuando el miedo de contagio desaparezca no habrá tranquilidad para disfrutar, unos, y trabajar, los otros.

Sumativo.- Dice la politóloga estadounidense Rachel Kleinfeld que el éxito en la gestión de la pandemia depende básicamente de tres elementos: La experiencia previa del Gobierno para gestionar crisis similares, el nivel de confianza social en las instituciones y la capacidad de gestión del Estado.