Everth Hawkins puede cambiar las islas

Imprimir

HAROL.BUSH2El gobernador Everth Hawkins Sjogreen tiene la oportunidad histórica de replantear la administración pública, remodelando e innovando el sistema rancio de hacer las cosas en la Gobernación, poniéndolas en un mejor camino hacia el futuro.

Puede ocupar una posición de relevancia en la historia de las islas si entrega el ‘nuevo comienzo’ que ha prometido. Sin embargo, a veces pareciera que se inclinara ante una Asamblea y una clase política que nunca han sido receptivas a dichos cambios; que han observado sin mover un dedo a las islas ir de crisis en crisis y, recientemente, ha dado señales de volver a las mismas prácticas que tanto daño han causado al Departamento.

Con un trasfondo de crisis, en las pasadas elecciones se hicieron muchas promesas y se generaron iguales expectativas de cambio que la realidad política post-electoral puede ratificar, cambiar o, definitivamente, negar.

Sería un grave error no entregar lo prometido en cuanto a mejorar la Administración del Coral Palace, hacerla más incluyente y efectiva, ser más transparente en todo, gastar mejor y mejorar las islas. Pero también sería un error no otorgarle tiempo al nuevo mandatario para asegurar una estrategia que entregue lo que ha prometido a las islas.

En síntesis, se han cometido desaciertos pero también han habido aciertos en varios frentes que han traído una sensación de estabilidad y una semblanza de gobernabilidad.

Errores y aciertos

Errores y aciertos se dan en todo gobierno y se seguirán dando, posiblemente más en este caso por una estrategia algo inestable de funcionar porque combina una administración tecnócrata, para ciertos aspectos, con un manejo muy político para otros con dependencia incluida de estos últimos que poco han hecho por las islas. Más bien han usado a la Gobernación para sus fines personales y otros, aunque nuevos, pertenecen a estructuras políticas desprestigiadas.

Esta combinación podría causar fricciones y debilitar al Gobierno si no se entregan resultados visibles, por ejemplo, gastando bien los recursos. Hawkins debe decidir a cuál le da más peso. Lo importante para las islas es que de ello salga un gobierno fuerte, capaz y libre de duda. Y que entregue progreso.

Entre tanto la ola temprana de crímenes por intolerancia es un recuerdo cruel de lo que le espera, de que no hay tiempo que perder y de que el peso de las expectativas frente a pocas o débiles acciones podría hacer que pierda la libertad de acción que necesita para sacar su plan de gobierno. Tal vez por eso se observa un llamado a la paciencia, se hacen anuncios diarios para dar la impresión de que algo se hace y se intenta bajar el tono a las expectativas.

Una ventaja de la estrategia es la mayoría en la Asamblea, aunque esto puede ser un arma de doble filo: no se puede perder de vista que tarde o temprano será necesario para algunos menesteres ‘negociar’ con los Diputados que exigirán un precio.

Tregua por trueque

Los isleños estamos dispuestos a una espera y a aceptar errores a cambio de mejoras y progreso. Pero preocupa cómo ello pueda ser realidad con un esquema político y administrativo responsable de la crisis y que aún funciona en el Coral Palace.

La estrategia de cambio y el nuevo comienzo prometido corre paralela al otorgamiento de espacios a la vieja guardia que controla dicho esquema. El éxito de Hawkins dependerá de cómo lidia con estos dos aspectos y finaliza con una administración exitosa que entrega lo que prometió.

La vieja guardia aún es poderosa y puede descarrilar ese prometido nuevo comienzo. Las fuerzas del cambio y los de la continuidad se reflejan en lacomposición del Gabinete, resultado de compromisos y ataduras políticas y económicas, pero también de una jugada política astuta porque Hawkins logró poner a su gente de confianza en puestos claves.

Su plan parece ser poner a cara a cara lo político con lo tecnócrata, la continuidad con el cambio, con la esperanza de que lleguen a un acomodamiento o compromiso. Algo de riesgoso pero también con altas posibilidades de éxito que dependerán de la astucia política del Gobernador.

Esto no es señal de debilidad política sino un intento de mantener contentos a las fuerzas políticas y al mismo tiempo sacar adelante su plan de gobierno y asegurar un amplio margen de maniobra.

Compromisos que no comprometen

Además de manejar bien ese balance algunas cosas deben ser sacudidas, cambiadas o eliminadas...

Los compromisos adquiridos en campaña no pueden interferir con el buen desempeño del gobierno. Las dos administraciones anteriores fracasaron porque no lograron manejar esto. Es necesario lidiar dichos compromisos fuera de la administración y no hipotecar el futuro de las islas y el presupuesto del Departamento con los políticos y contratistas.

El Gobernador necesita mucha más libertad de acción política y para eso tiene un elemento clave: él firma los cheques y esto le da las mejores cartas para jugar. Pero además tiene un amplio respaldo en la comunidad que le permite ignorar las presiones políticas. De hecho, es muchísimo lo que puede hacer por las islas sin tener que pasar o incluso avisarle a la Asamblea.

Otro aspecto es destinar los recursos (unos 600 mil millones de pesos anuales) donde más se necesitan, donde más impactan y se gasten de manera eficaz para satisfacer necesidades básicas. Hawkins tiene una oportunidad histórica de replantear la administración pública y de remodelar cómo se hacen las cosas en la Gobernación y en las islas y ponerlas en un mejor camino hacia el futuro.

No será fácil, pero como Gobernador puede hacer mucho sin tener que depender de los políticos y además tiene como aliados a todos los isleños que estamos cansados de ver cómo los recursos del Departamento desaparecen mientras las islas van de mal en peor.

Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresen.

Última actualización ( Domingo, 12 de Enero de 2020 07:26 )