La hora de los jóvenes

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“Han desaparecido por completo de las estructuras mentales y el comportamiento de aquella casta de dirigentes que hoy por hoy conduce los hilos de nuestro país”, según afirma Taller de Opinión en elcolombiano.com.

Como a malos imitadores del estoico Zimón de Cito pareciera que nada nos perturba. Es decir, se ha perdido el vínculo emocional que facilita el cambio en las instituciones, suprimiendo la participación ciudadana activa como cimiento de la democracia en un Estado Social de Derecho.

Al igual que impotente náufrago sacudido por las violentas olas, pareciera que solo nos queda elevar la mirada al oscuro firmamento y exclamar: «¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!». Y la respuesta, obviamente, no vendrá de la clase que nos gobierna y goza del poder sino de otras mentes y corazones, adormecidos, tal vez, pero dispuestos a dar la última batalla.

No puede ser verdad que, como premonitorios los versos de poeta nicaragüense, nuestros jóvenes también “se vayan para no volver”, como hasta ahora ha venido ocurriendo. Y no es solo en el sentido de los años sino del espíritu, lo cual sí sería la debacle final.

Corresponde a los jóvenes que con diligencia se han venido preparando para que tomen las riendas de este desbocado carruaje, enderecen rumbo y conduzcan a sus conciudadanos a las tierras que “manan leche y miel” luego del duro trasegar por el desierto de la desesperanza, el olvido y la expoliación.

Y es una legión de jóvenes, para el caso de nuestro Departamento, que no deberían ni excluirse ni ser excluidos de este proceso de corrección de rumbo social, moral y de desarrollo que clama el Archipiélago. Según la Presidencia de la República, el Departamento tiene 19.382 jóvenes (14-28 años), discriminados así: 9.902 hombres y 9.480 mujeres. Si se lo propusieran, bien podrían marcar la diferencia. ¿Pero lo quieren?

Deberían los jóvenes asumir “la responsabilidad histórica de ser la chispa que encienda la esperanza, el entusiasmo y el palpitar en las entrañas ciudadanas, la clase política tradicional no puede continuar en sus posiciones, la juventud debe ser poseída por el anhelo democrático de una sociedad más justa en contra del estado infame e inmoral del actual sistema político”, sigue diciendo el Taller.

Y si para algo sirve conocer la Historia, no olvidemos al legendario «Héroe de Ayacucho» (a los 30 años General del ejército de Simón Bolívar) y su famosa arenga: «¡Soldados, armas a discreción; de frente, paso de vencedores!» Esa es la clase de hombres que requiere la sociedad de hoy: llenos de amor hasta la muerte por su país y poniendo a disposición de sus conciudadanos sus virtudes, conocimientos y valores.

Pero para ello son necesarios ciertos prerrequisitos, ya que “Si un ciego guía a otro ciego caerán los dos en un hoyo”. Y estos prerrequisitos son preparación y disponibilidad de servicio. No puede posponerse más el momento de la reconstrucción del país y de este terruño; por todas partes se oyen voces pidiendo esperanza y dignidad, y solo los jóvenes apertrechados con esas dos virtudes pueden hacer realidad el sueño de tener una patria grande, respetada y pujante. Jóvenes no solo en edad sino aislados de cualquier contaminación de egoísmo, discriminación y ansias de perpetuar unas dinastías que ya demostraron de lo que son capaces y hasta dónde son capaces de llegar.

He ahí el papel transformador de la Escuela y a esperar que el Plan de Desarrollo del próximo gobernador tenga en cuenta de manera real y efectiva a los niños y jóvenes del Departamento y quienes sean elegidos tanto para la Asamblea como para el Consejo asuman con seriedad su control y fiscalización de modo que las letras del Plan se hagan realidad.

La Escuela debe brindar una verdadera formación para el trabajo de modo que el egresado, al final del proceso pueda acceder a él. El desempleo juvenil es una de las causas de la deserción escolar, ya que el joven no ve útil estudiar si al final no tendrá un empleo de calidad.

Queda, pues, esperar el desempeño de los ungidos por la democracia para regir los destinos de esta región insular y que el Maestro cumpla la Misión que le encomendaron y que aceptó cumplir.

COLETILLA. De acuerdo con el comunicado de prensa n° 17, FECODE irá a un Paro Nacional de 48 horas los días 28 y 29 de agosto próximos. ¿Motivos? Cumplimiento de acuerdos pactados anteriormente con el Gobierno y mejoramiento del sistema de salud del magisterio. ¿A nadie le importa la educación en Colombia?