Contrademanda: ¿reparación histórica?

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CRISTINA.BENDEKEl proceso de negociación del Estatuto Raizal avanza mientras desde La Haya llega un espaldarazo vital, en un momento en el que el Estado se retuerce entre los tiempos de la legislatura, la turbulencia electoral, y claro, el negacionismo. Para enmarcar la escena, una San Andrés con olor a pozo séptico y-ad portas de una decadente escena decembrina.

El lunes pasado salió el texto completo que sustenta la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de admitir dos de las cuatro contrademandas que diseñó la defensa colombiana, para contestarle a Nicaragua sus alegatos que acusan a Colombia de incumplimiento del fallo de 2012.

La corte desestimó las contrademandas que se sustentaban en el tema del cuidado ambiental, y admitió las relacionadas a la posible ilegalidad del decreto nica que establece sus nuevos límites internacionales trazados sobre dudosas líneas de base, y la nuestra, la que argumenta que el Estado vecino ha violado los derechos de pesca tradicional del pueblo indígena raizal.

Si bien ha hecho énfasis en que las contrademandas no implican una reversión del territorio perdido, el Embajador en Holanda, José Quintana, ha dicho que está confiado en que prosperarán las intenciones colombianas. Lo disruptivo de esta contrademanda que menciona a los raizales, no es que se refiera a la comunidad raizal, como tradujo erróneamente la Cancillería en su comunicado de prensa, y como se ha denominado en el discurso negacionista a nivel nacional. Es más bien que por fin se hizo la asociación entre Pueblo Raizal y Pueblo Indígena, y eso ya es un triunfo.

Este reconocimiento de que esto efectivamente no es tierra de nadie, no hubiera sido posible sin la incorporación de los raizales al proceso, hecha a los trancazos y por fin a los empujones. Y todavía hay quienes reniegan de la presencia isleña en La Haya.

¿Cuál puede ser el efecto jurídico de esta contrademanda? Yo no soy abogada, pero el Estado está en la interesante posición de defender por primera vez los derechos ancestrales y la presencia territorial del pueblo indígena raizal en este Archipielago, y en un tribunal internacional que no es lo mismo.

Aunque se diga que no es para tanto, porque la inclusión se hizo tardíamente, hay que resaltar que la corte puede obligar a ambos Estados a acercarse para favorecer los intereses raizales, y asumir compromisos en materia ambiental y de seguridad, que les garanticen a través de sus pescadores el goce pleno de sus derechos históricos.

El hecho marca un hito político. Colombia tendrá que amarrarse los pantalones, esta vez para la acción afirmativa, lo cual contribuiría a saldar una deuda histórica. La negociación del Estatuto tiene, por esa vía, una esperanza de continuidad. Resultaría insostenible que Colombia argumentara sin cumplir puertas para adentro. Ya empiezan a llegar rumores desde Bluefields, con el interés nicaragüense de acercarse a los raizales para defenderse de los alegatos de hostigamientos y acoso a sus pescadores.

El brillo de San Andrés palidece entre las luces de diciembre que inundarán las calles del North End turístico, el mismo que rebosa aguas servidas entre las pisadas encharcadas de los turistas. Es el resultado del modelo decadente de turismo depredador, ajeno en sus millonarios intereses al cuidado de la cultura y la naturaleza que lo sostiene. Valorar lo vital, lo más permanente, cuestionarse, y reformularse. Esto es lo que seguirá bajo el lente. Peace out

Última actualización ( Sábado, 25 de Noviembre de 2017 05:22 )