La Autoridad Raizal es para avanzar en acuerdos y unidad

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Treinta años después de la expedición de la Constitución Política de 1991, la etnia raizal aún no logra los alcances previstos, ni las implicaciones que debería tener en los escenarios jurídicos y políticos del país. Aún hay elementos indispensables de su pasado y de su presente que están siendo ignorados o relegados a espacios poco visibles, afectando la posibilidad real de trascender su legado histórico y cultural.

En esa lucha han estado durante los últimos 40 años organizaciones como Sons of Soil (SOS), San Andres Island Solutions (SAISOL), o el Archipelago Movement for Ethnic Native Self-Determination (Amen SD) y, más recientemente –en un nivel más deliberativo y consultivo–, con miras a la elaboración del llamado ‘Estatuto Raizal’, la colegiada Autoridad Raizal de 33 miembros que tiene desde hace una semana, nuevo presidente.


Se trata del pastor Alberto Gordon May, quien fue representante a la cámara durante el período 2010-2014. El nuevo dirigente tendrá a su cargo liderar las nuevas discusiones que han de darse por la reivindicación del pueblo raizal, cuyas decisiones buscan contar esta vez con el respaldo de toda la comunidad isleña.

En ese sentido se ha manifestado Gordon May en diálogo con EL ISLEÑO, quien además habló acerca de las perspectivas de la organización sobre diferentes tópicos de la coyuntura actual.

¿Cuáles son las metas trazadas por la Autoridad Raizal para este 2021?

Estamos trabajando en la agenda. Pero vamos a trabajar en tres aspectos fundamentales: una visión clara, la búsqueda de la unidad y lograr acuerdos que permitan avanzar. Esto implicará, entre otras cosas, recuperar a las personas que por algún motivo se retiraron de la organización y debatir los diversos puntos de vista al interior de la Autoridad Raizal.

¿Sobre qué ideas o plataforma piensa construir esa unidad? ¿Solamente de la comunidad raizal o busca involucrar a los residentes?

Los problemas son de todos. Así que tenemos que ser incluyentes, porque es necesario. Por supuesto, hay unos temas que atañen a la etnia raizal como tal. Pero también me interesa saber qué piensan los residentes sobre algunas cosas de las que planteamos. Creo que es importante trabajar mancomunadamente para sacar adelante fines comunes. Creo que es de suma importancia una convivencia pacífica y que haya comprensión humana de las cosas.

Y para eso que hay hacer la tarea de reeducar, que implicaría desaprender algunas cosas y aprender otras nuevas, que será un proceso nada fácil pero no imposible. Sé que habrá intereses encontrados y personas que discreparán, y eso es válido, pero lo principal es llegar a acuerdos en bien de todos. Esto apenas comienza, llevo menos de una semana de ser presidente de la Autoridad Raizal y no puedo decir al ciento por ciento que temas van o no van en la discusión. Pero la idea es poder trabajar juntos.

El tema coyuntural es la llegada masiva de obreros a Providencia. El gobierno pretende que se les de tratamiento especial mediante una modificación al decreto 2762. ¿Cuál es la posición de la Autoridad Raizal al respecto?

El lunes pasado estuvimos en una reunión con las autoridades involucradas y se llegó a conclusiones importantes que quedaron en el acta. Una: en los permisos temporales se indicará el tiempo que permanecerán las personas en la isla y se entregarán de manera global. Dos: se acordó el pago de una póliza global y el pago de un salario legal a los trabajadores. Tres: la OCCRE garantiza la entrega de dichos permisos a los cinco días siguientes después de recibir los datos del personal. Cuatro: no se introducirán a la isla de Providencia mil personas al mismo tiempo. Su ingreso será gradual y tan pronto el primer grupo (100) termine su labor, saldrá para dar paso a otro. Quinto: en el permiso global no se incluyen las personas que lleguen a trabajar a San Andrés.


Entonces, ¿no será necesario reformar el decreto 2762?

Es mejor llegar a unos acuerdos para no dejar que desde Bogotá termine manejándose el destino global de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

En el pasado se planteó una reforma a la OCCRE para ponerle dientes ¿Esa inquietud persiste? ¿Es el momento para volverla a plantear?

Cuando estuve en el Congreso de la República propuse una modificación al decreto que incluía establecer unos procesos administrativos más expeditos, definir un cupo institucional para las entidades, las empresas o los contratistas y su personal. La idea era que pudieran ingresar con escarapelas de la organización pública o privada en la que laboran. Pero no tuvo dolientes en su momento y quedó así.

Mientras eso no se haga las islas corren el riesgo de seguir sobre poblándose, porque es más difícil encontrar a alguien con permiso temporal que a una institución que responda por el personal de trabajo a su cargo. Es más fácil multar a la institución y sacar a las personas de su nómina (que se resistan a regresar a sus lugares de origen), que a quien se esconda después de cumplir su labor en el departamento.


También hice el planteamiento de revisar a quienes se considerarían como empresarios. Habría que rescatar estas propuestas. La política no puede seguir sacando provecho de la desinformación y/o la falta de conocimiento del pueblo; la gente merece y necesita tener educación política para saber a qué tienen derecho y qué pueden hacer un concejal, un diputado, un representante; y estos no deben usar un lenguaje para confundir a la gente, para que no entienda las cosas de su competencia.

¿La OCCRE necesita, entonces, reformas para mejorar?

Sí, las necesita, más no en este momento. Lo más importante ahora, sin discusión alguna, es Providencia. La reconstrucción de las viviendas de la gente de Providencia y Santa Catalina es lo prioritario. Ya vamos para cuatro meses, y todavía hay gente que recibe el sol y la lluvia de manera directa en sus casas. Las carpas no están funcionando. Y la situación es bastante precaria. No se puede construir en 100 días lo que tardó tantos años. O sea, esta no es una labor fácil para nadie.

¿Cree que es posible mayor agilidad en la reconstrucción?

Yo creo que los providencianos han sido muy pacientes. La agilidad no debe obstruir la responsabilidad. Que se agilice el proceso, pero que sea de manera responsable. No quitar lo uno para hacer lo otro. Porque entonces estaríamos llevando a Providencia hacia el caos; poblacionalmente, si llevamos mil personas al tiempo a trabajar allá, más la población flotante (turistas). Convertir a Providencia en otro San Andrés es impensable.


En otro orden de ideas ¿Cómo ve la estrategia de Colombia para enfrentar la demanda de Nicaragua ante La Haya por una plataforma continental extendida?

Colombia no nos ha compartido su estrategia. Igual que la vez pasada, han dicho que tienen todas las herramientas para ganar. En el pleito anterior dije que estábamos mal parados frente a La Haya y así fue. Y ahora, como no sabemos cuáles son los argumentos (al menos este pueblo ignora si los tienen o no), supongo que bajo la premisa de que es una información clasificada, cosa que se podría entender, pero no puede negársele la información a un pueblo cuyo destino se debate en una corte internacional.

Yo me hago una pregunta: ¿cómo es posible que mi destino está en la balanza de otros y nadie me informa nada? Hay una zozobra en el pueblo porque nadie sabe a qué va Colombia en La Haya.

¿En caso de que el fallo favorezca a Nicaragua ¿qué destino avizora?

Si hace siete años no dieron casa por cárcel, digámoslo así, si –Dios no lo quiera–, pasa eso, el mar ya no nos pertenecerá más. Nicaragua le ha ganado hasta a Estado Unidos y a todos sus vecinos. Por eso, cuando se va hablar de derecho internacional con Nicaragua hay que prepararse bien. Tienen toda la experiencia, tienen abogados expertos y van a lo que van porque saben lo quieren y no tienen nada que perder. En el peor de los escenarios van a ganar algo. Y ojalá esta vez esté errado en mi opinión, pues la vez pasada me dijeron que no iba ser un fallo en contra y después aceptaron que se equivocaron en la posición asumida ante La Haya.

¿Después de 20 años de ser declaradas las islas como Reserva de la Biosfera, se han visto los beneficios?


Pues, ojalá se mantenga la declaratoria de Reserva de la Biosfera. Sin esa protección nos veríamos abocados aún más a un desastre ecológico. Mi gran temor es perder el concepto básico de lo que esto significa. Colombia tiene que hacer respetar ese avance, pues me temo que, como país, ha sido muy permisivo, muy laxo, a la hora de actuar en su defensa. Tiene que dialogar también con los vecinos.

Es de público conocimiento que hay algunas voces raizales que han promovido una posible separación de las islas de Colombia. ¿La Autoridad Raizal, ahora bajo su dirección, cómo ve esas intenciones?

Yo creo que ese tema ha sido mal enfocado o han estigmatizado, muchas veces, a quienes han alzado esa bandera. Cada vez que uno reclama unos derechos termina tildado de separatista. Pero ¿qué dice la Constitución y los Derechos Humanos? Lo que yo creo que necesitamos es autonomía. Es válida, entre otras cosas, para blindar el departamento de un sinnúmero de cosas.

Pero una separación en este momento no es viable. ¿Qué tenemos para vivir? No lo discutiría en este momento con mis paisanos, yo respeto lo que piensan, pero habría que ver –si se va a tocar ese tema–, bajo qué argumentos, cuál es esa agenda y ese programa; hay demasiadas cosas, eso no es algo al azar, no es un juego mental.


Eso va más allá de una tertulia, pensar con cabeza fría, si conviene o no, pensar en un sistema de gobierno, en una moneda, en la salud, en la educación y todo lo demás. Yo creo que con esto no podemos jugar. Si se diera el caso, mi propuesta sería, repito, la autonomía.

¿Qué quiere decirle a la comunidad ahora que empieza su labor en la Autoridad Raizal?

Yo lo que le pido a la gente que nos unamos en este momento. Seamos solidarios, primero que todo con Providencia y Santa Catalina. Y que tengamos una visión en la que queramos unas mejores islas para todos.

 

Última actualización ( Lunes, 22 de Febrero de 2021 08:54 )