Colombia podría perder, en su litigio con Nicaragua, la fracción que tiene de aguas sobre la plataforma continental y eventualmente algunos de sus cayos y bajos por fuera de ella. Esta pérdida se ha tratado de minimizar presentándola como un acto salomónico, más o menos inevitable de la Corte Internacional, pero dista de serlo.

Insólitamente  y  tras más de dos siglos de sustentable, ininterrumpida y pacífica posesión,  la suerte de la integridad de nuestro espacio territorial está en las manos del Tribunal de La Haya que no tiene en cuenta  a los pobladores poseedores ancestrales de tierra y mar.

La postura de la canciller María Ángela Holguín, es parecida a la del entrenador de boxeo que tira la toalla ante la inminente derrota de su pupilo.

Te conozco desde hace varios decenios, el nuestro es un amor como el de los vampiros, 200 años de historia contamos juntos. Te conocí joven y luego cuando te llamaron boba, me quedé contigo a pesar de tus equivocaciones; aprendí tu idioma y tus costumbres, adopté como míos a tus hijos y cada año celebré tu cumpleaños con el fervor de una novia enamorada... Hice míos tus problemas y cuando te conté los míos te vi caminando sorda.

A partir de este lunes 23 de abril hasta el 4 de Mayo, ante la Corte Internacional de la Haya, Colombia y Nicaragua, las partes en disputa por la delimitación de sus fronteras marítimas en el mar Caribe, harán la entrega en audiencias públicas de sus alegatos y argumentos finales, después de los cuales esa autoridad supranacional en pocos meses adoptará decisiones inapelables.

Entendía bien el amor de las mujeres, calificaba cada uno dándole un puntaje especial a las largas cabelleras, a las sonrisas relucientes, a los modales corteses y a una conversación interesante. Fue siempre el objeto del cariño de sus mujeres, se cobijó con sus mimos y nunca sintió hasta ese día la necesidad de devolver alguno.