La ley 52 sancionada por el presidente Carlos E. Restrepo el 26 de octubre de 1912 nos independizó del departamento de Bolívar dando al archipiélago personería jurídica territorial dentro de la descentralización política y administrativa nacional, y  de esto se cumple 100 años en este 2012.

La magnitud de la tragedia de la embarcación Miss Isabel, siniestrada el jueves 5 de enero pasado, es incalculable. Se pueden cuantificar los costos materiales; es posible -no siempre- medir las responsabilidades legales; pero, lo que es humanamente imposible es estimar la pena. El dolor por la pérdida de los seres queridos.

A pesar de algunos quebrantos de salud, producto de una virosis, llamada aquí en Cartagena desde donde escribo esta nota; “El abrazo de Campo Elías Terán”, viajé a esta ciudad, a cumplirle a mi colega y mejor amigo, con la cita de asistir a su posesión como alcalde mayor del Corralito de Piedra.

El cambio de Gobierno trae consigo amplias expectativas, despierta optimismo y hasta especulaciones de diverso talante y espíritu -según el cristal con que se miren-. Lo que sí se puede afirmar es que el anhelo genuino de prosperidad está en todos los habitantes de las islas sin distinción.  Así lo interpretó Sandfly, entretejiendo esperanzas.

El miércoles 21 de diciembre miembros del pueblo raizal residente en Bogotá celebraban en la Alcaldía Mayor el lanzamiento de la política aprobada días antes por la Alcaldesa encargada, Clara Eugenia López: ‘Política pública distrital para el reconocimiento de la diversidad cultural, la garantía, la protección y el restablecimiento de los derechos de la población Raizal’.

Este es el Año del Centenario (*), muy especial para iniciarnos en sueños a convertirse en realidad. Que los primeros 100 años sean recordados, analizados y valorados; que sea el inicio de verdaderos propósitos de enmienda; que con visión establezcamos metas que implique cambiar las prácticas y conductas sociales que ahora imperan y nos deterioran gravemente.