El silencio del tambor, cuarto montaje coreográfico realizado de manera conjunta por el Plan Nacional de Danza y el Grupo de Emprendimiento del Ministerio de Cultura, es el fruto de una convocatoria abierta a todos los bailarines de Providencia y Santa Catalina, para hacer parte de un proceso de audición, del cual fueron seleccionados un total de 12 participantes.
La cita será en el Teatro Midnight Dream de Providencia en la que un grupo de danzas consolidado hará un homenaje al tambor, instrumento musical de percusión que evoca sus raíces, con funciones programadas para el 11, 18 y 25 de julio respectivamente.
Una vez conformado el grupo que tendría a su cargo la ejecución del montaje coreográfico, se llevó a cabo una creación de carácter colectivo que retoma costumbres, personajes, historias y otros elementos significativos de la cultura raizal, cuya musicalización está a cargo de un conjunto tradicional dirigido por Mr. Alban, reconocido músico y maestro.
El colectivo está conformado por Calvin Pomare Julio, Lizbeky Fonseca Pedroza, Aminta Robinson Archbold, Rolando Alejandro Henry, Priscila Aguilar Castillo, Karen Lisseth Livingston, Mc Dornie Thomas Whitaker, Sygeyl Selinda Banker, Janina Robinson Webster, Jan-Michael Vincent Webster, Rolando Taylor Brayan y Jorleny Archbold Henry.
'El Silencio del Tambor' busca traer a escena elementos históricos y culturales de las Islas, desde un presente cambiante hacia la evocación de un pasado remoto; historias de los espantos que rondan la noche para salvaguardar un orden donde todo está planificado: el trabajo de los hombres del mar y el saber de las mujeres de la tierra.
Danza y tradición
“Las danzas de Providencia sólo se bailan allí, es una técnica muy sólida incorporada al cuerpo de los bailarines a partir de su propia construcción del cuerpo desde la tradición” explica Rafael Palacios, coreógrafo del montaje.
“Esta es una técnica propia que nadie más sabe hacer: habla de su pasado, del origen de la isla, de cómo se ha desarrollado su mundo en particular y su cultura. Habla también de la nostalgia respecto a algunas tradiciones que se han ido perdiendo”.
De acuerdo con sus creadores, en el Montaje Coreográfico 2015 están presentes también el hogar (fire side), como centro de la cotidianidad; así como la laboriosidad, el trueque, el canto y la lengua. Aspectos fundantes de la identidad, el sentido del trabajo en comunidad y el baile como acontecimientos para el encuentro y la celebración de ese orden.
“Si bien con este montaje hemos logrado llegar a una comunidad cuyos procesos artísticos y creativos alrededor de la danza, han estado netamente enfocados a la preservación de sus tradiciones, es claro que nuestra apuesta es darle un enfoque hacia la creación y la composición coreográfica, para así poner en diálogo esas tradiciones con un lenguaje mucho más contemporáneo”, destacó Ángela Beltrán, Coordinadora del Área de Danza de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura.