La alcaldesa de Barcelona (España), Ada Colau, congeló las licencias de alojamientos turísticos el jueves en un intento por controlar el vertiginoso crecimiento de una industria que está provocando tensiones sociales al tiempo que suaviza el efecto de la crisis económica.
La suspensión, que se espera que dure un año pero podría ampliarse, paralizará 30 proyectos que estaban en proceso de obtener una licencia, incluidas algunas importantes inversiones en hoteles, anunció Colau.
Barcelona, uno de los principales destinos vacacionales de Europa, tiene que frenar su desarrollo e “iniciar un proceso de reflexión participativa en vez de estar apagando incendios”, indicó.
Barcelona recibió el año pasado aproximadamente 7,5 millones de visitantes internacionales, más de cuatro veces su población. El número de habitaciones disponibles para turistas en Barcelona se ha duplicado hasta 70.000 en los últimos doce años. Eso no incluye la cifra creciente de habitaciones no reguladas, como apartamentos privados alquilados por sus propietarios.
Protestas de sus habitantes
El verano pasado se produjeron protestas espontáneas en algunos barrios de la ciudad por las quejas de excesivo ruido, aglomeración y mal comportamiento de los turistas.
Colau, que fue elegida alcaldesa de Barcelona en mayo a la cabeza de una coalición que incluía al partido de izquierda Podemos, dijo durante la campaña que la Ciudad Condal corre el riesgo de tener un exceso de turistas como Venecia y prometió controlar el crecimiento del sector.
“Era una prioridad poner orden”, dijo el jueves Colau. “Hasta ahora, la política turística se ha gestionado con parches”.
Por Matt Moffett (tomado de: The Wall Street Journal)
