El Sandfly (jején para los hispano-parlantes) es un insecto incómodo. Es didicil de detectar por su tamaño diminuto, minúculo, casi microscópico. De vez en cuando pica y cuando pica, deja roncha y fastidia: sobretodo a quienes no están preparados espiritualmente para sobrellevar su rasquiñita .
Recientemente nuestro caricaturista y redactor, Sandfly, escribió una columna sobre la pavimentación del camino a Allan Bay en Providencia. En pocas palabras, el columnista opinó que dicha obra era innecesaria e inconveniente desde el punto de vista ambiental. Y lo hizo con el mayor respeto.
Sin improperios, sin eufemismos agresivos. Fue lo que se dice, un escrito periodísticamente sostenible.
Sin embargo, a juzgar por los testimonios que llegan de Providencia y lo que se oyó en el programa radial de nuestro amigo y respetado colega, Anthony Howard, ‘Al a wi da uan’; la columna, en vez de impulsar un sano debate ecológico, sobre el proyecto, más bien despertó una curiosa ambición por descubrir la identidad de su autor. Como si fuera más importante saber quién dice y no qué dice.
Al respecto, EL ISLEÑO.COM, con todo su Consejo Editorial en pleno, expresa que la columna de Sandfly sobre Allan Bay, no es un escrito en contra de nadie, sino a favor del desarrollo sostenible del destino. A nadie busca ofender y si alguien no comparte su contenido –sea en la Alcaldía Municipal o en cualquier otra instancia- tiene las puertas abiertas del diario para expresarlo.
Eso se llama libertad de expresión y nosotros lo respetamos a rajatabla. Lo demás, las presiones, las amenazas (directas o veladas) y desde luego, los improperios, no hacen parte de nuestro menú. Ni lo ofrecemos, ni lo recibimos. Sencillamente, no existen… Al fin y al cabo somos periodistas de corazón y lo hacemos con pasión. Asi, de vez en cuando, Sandfly nos genere alguna picazón.
