Colombia está lejos de ser una de las peores democracias. Las hay peores y mucho más. Podemos elegir y ser elegidos sin tanto traumatismo. Podemos rehacer, como en cada año nuevo, propósitos de enmendarnos después de cada elección presidencial y pretender que el nuevo mandatario lo haga bien para mejorar las condiciones generales de los gobernados en nuestra nación.
Grandes expectativas tenemos todos en Colombia de que el nuevo presidente debe abordar, conjuntamente con los asociados, todos los retos y sus aciertos se reflejarán en mejoramiento, armonía y convivencia.
Nos reiteramos en la prioridad de armonizar las relaciones en el vecindario que sin duda son necesarias para lograr muchos objetivos primarios como mayor empleo y distensión.
Venezuela y Ecuador son socios naturales de Colombia con los cuales unas mejores relaciones diplomáticas y comerciales impactarán positivamente en los índices de producción y empleo de las partes, nos necesitamos mutuamente.
Todo esfuerzo es válido para conseguir ese objetivo de armonía con nuestros países vecinos reconociendo y respetando siempre nuestras diferencias.
No hay uniformidad posible, ni se puede pretender ser iguales, por lo que el entendimiento entre los gobiernos es el camino para un aprovechamiento de las ventajas naturales y de las capacidades humanas en la subregión a favor de sus componentes.
La armonía es por sí misma una muy buena herramienta para fortalecernos política y económicamente y ubicarnos sobre la ruta libertadora de la prosperidad bolivariana soñada por el héroe Simón para nuestros pueblos.
Los poderosos lo son por utilizar a su favor los medios e instrumentos disponibles y nosotros nos quedamos rezagados por hacer lo contrario y eso nos convierte en “disponibles” para los primeros.
Dos personas no son iguales, dos presidentes tampoco y países... mucho menos.
La importancia de tener partidos en el juego político-democrático radica en aprender a obtener comunión de ideales, equipo humano y métodos compartidos para desarrollar consecutivamente la misión del Estado.
Aquí se requiere formación de partido para lograr estabilidad en la ejecución de los asuntos de gobierno incluyendo la flexibilidad para hacer los ajustes sin romper los ideales expuestos en las bases y en los programas que permitieron el respaldo popular a la institución política.
Venezuela, Ecuador y Colombia son objetivos superiores a la personalidad de sus presidentes de turno que debe aprovecharse en alcanzar la meta de toda patria cual es brindar la satisfacción de necesidades básicas y superiores a sus habitantes.
Nuestro archipiélago se beneficia si hay paz y armonía en el país y si la hay también con los vecinos y si hay diálogos constructivos entre ellos.
Así podremos tener proyectos compartidos con los países vecinos en Centroamérica y con los del Gran Caribe para re-potenciar los recursos naturales y humanos disponibles y tener nuevamente una Luna Verde iluminando el firmamento, anunciándonos altivamente como conquistadores de la felicidad.