El deporte despierta todas las pasiones humanas y de esta actividad, saludable por excelencia, el fútbol es sin duda, la más popular sobre el planeta. Estamos en el décimo noveno torneo orbital que se realiza en Sud África de Nelson Mandela, el más grande libertario vivo sobre la tierra quién lucha aún por la justicia y la igualdad.
Welcome to the home of Mr. Mandela! el continente donde nace la especie humana tal como se conoce hoy, cuna de la humanidad, donde este hombre es y será inspiración inagotable para todos en el logro de nuestros valores superiores.
El Apartheid ha sido lo más parecido a la declaratoria, biblia en mano, de los negros como objetos sin alma, secuestrados del continente africano y que no clasificaron como humanos en época de la post-conquista del continente americano por parte de los europeos.
De esta historia reciente somos testigos muchos. Con orgullo y patriotismo representé a Colombia ante la comunidad de naciones para condenar ese régimen inaceptable y vergonzoso donde cerca del diez por ciento de la población negaron por décadas los derechos fundamentales a la inmensa mayoría.
Fue a las 3 p.m. del 17 de noviembre de 1987 cuando hablé por 12 minutos ante la plenaria de la Asamblea General de la ONU, como embajador de mi país, en la ciudad de Nueva York para condenar lo que ocurría en Sud África y solicitar en solidaridad con la gran mayoría de países ahí representados, la libertad para Nelson Mandela, lo que aconteció un par de años después, tras permanecer 27 años preso por su oposición al régimen de Pretoria.
El futbol pone ahora a Sud África ante el mundo y muestra un resultado exitoso liderado por la raza negra, que aún faltando mucho por hacer para lograr el equilibrio, va camino al desarrollo social, cultural y económico de sus nacionales, ayer víctimas de la peor discriminación conocida.
Este es también el torneo del desempate por la hegemonía entre europeos y suramericanos en levantar la copa de campeón. Los del sur: Brasil, Argentina y Uruguay han hecho del continente nuestro patio propio donde como locales hicieron respetar la casa al ciento por ciento en los siete torneos realizados en esta parte del mundo. Brasil incursionó victorioso sobre tierras europeas en Suecia 58 quitándoles el invicto de localía en el viejo continente.
Pero aunque este deporte requiere de tan pocos elementos y tiene reglas muy sencillas, lo que lo hace fácil de practicar y convierte en el juego más conocido y admirado sobre el planeta, parece no ser tan democrático y lo digo al observar que tan solo cinco países han alzado esa copa en 16 oportunidades de los 18 campeonatos mundiales realizados y dos continentes tienen casi el monopolio de las sedes.
Mucho puede hacer el fútbol por la humanidad y lo debe emprender, así como el programa 1Goal que apoya proyectos para educar a los niños en África, dentro de los contratos multimillonarios entre jugadores y empresas comerciales deberían establecerse cuotas significativas para financiar actividades de formación integral para niños y jóvenes de todo el mundo como deportistas, incluyendo educación física, intelectual, nutricional, sicológica y formación en liderazgo.
Solo entonces el fútbol sería un verdadero factor de cambio sostenible y sustentable, para bien de la humanidad.
Ojalá Nelson Mandela pueda estar en la entrega de la copa al campeón este 11 de julio.