Don Samuel como todos lo llamaban, hizo carrera como locutor-periodista en su natal Valle del Cauca, en donde se destacó por su gran versatilidad a la hora de presentar tanto por radio como por televisión programaciones de carácter social, deportivo y político.
Samuel Duque Duque vivió la época más grande de los comunicadores toderos, es decir, lo mismo cubría, una misa desde la Catedral Primada de Cali, que un partido de futbol en el Pascual Guerrero. Era la época del llamado Dorado del balompié colombiano.
En una de sus transmisiones en el coloso del barrio San Fernando, se le dio por animar a la tribuna con el tema tradicional de Alex Tobar, 'Pachito Eche' y le fue tan bien que en su próxima transmisión, la afición del Deportivo Cali tomó la canción como himno y desde ese entonces Pachito Eche es el gran campeón de la afición Verde y Blanca de la Sultana del Valle.
Lo mismo aconteció cuando Lucho Bermúdez con la voz de su esposa Matilde Díaz, grabaron el famoso tema San Fernando. Samuel, presentador del famoso club, lo convirtió en éxito en La Voz del Valle y no conforme con esto, también lo llevó a las tribunas del Pascual Guerrero hasta convertirlo, al igual que Pachito Eche, en un Icono musical de Cali y el Valle del Cauca.
No estoy muy seguro de haber conversado con Don Samuel, la posibilidad de que haya transmitido una Vuelta a Colombia completa, pero alguna vez me comentó que le tocaba narrar todas las llegadas a Cali, haciendo de voz comercial y de entrevistador.
Para la época era una figura legendaria en la narración del fútbol, que para entonces se hacía en un estilo de transmisión animada, en donde el gol no era lo más importante como hoy en día. Para la época era más importante la llegada al estadio del Alcalde, o de una Reina de Belleza; figuras a las cuales salían a entrevistar inmediatamente, aunque después se relatara una gran jugada, por ejemplo, del Charro Moreno u otra figura del momento.
La primera vez que vi a Samuel Duque, me pareció una persona supremamente afectiva, ya tendría yo la oportunidad de conocer el verdadero carácter de 'Papá Samuel', cuando en numerosas oportunidades me quitó del frente de la consola para ponerse él como castigo merecido por haber quebrantado la programación que él había ordenado, y que casi siempre era organizada por 'Mama Mery' mi amparadora de oficio.
Doña Mery, esposa de Don Samuel, era amante de los boleros, de los tangos y en general de la música colombiana, pero terminó perdonando al intruso monsalbete que con un costal de música de Francisco el Hombre, irrumpía con todo el fragor de sus tiempos juveniles en el hogar de Campesina Santandereana, Los Guaduales, Pueblito Viejo, El Country y los hermosos himnos locales, verdaderos diamantes culturales de siempre.
El reggae comenzaba a hacer carrera y la música de Haití con Coupé Cloue a la cabeza comenzaba a hacer furor, pero todo a su tiempo ya hablaremos en esta tribuna del Opus 2000; del Súper Tanque de Guerra; del Chócoro de Juana y de la Caseta Swamp Ground de Alberto Mitchell.
Samuel Duque fue de ese tipo de personas que pasan por la vida de uno y lo marcan para siempre, dejando un recuerdo presencial de por vida, ese tipo de halito que se pega en tu cuerpo y en tu ropa, para no irse jamás.
Samuel me dio todas las oportunidades posibles. Siendo un chico imberbe que quería ser locutor, me permitió desde aprender a manejar la vieja consola Remington, hasta hacer un remoto desde cualquier lugar de la isla. Pero lo más increíble fue el día que me preguntó si yo sabía narrar Beisbol. Yo solo lo había hecho practicando con Robinson Suarez en Cartagena, en donde habíamos estudiado locución a instancias del profesor Monterrosa, abogado y locutor que había conseguido que la Universidad Central de Colombia, le avalara un programa de Locución Profesional.
En una vieja grabadora, Suarez y yo nos habíamos inventado todas la series mundiales de beisbol, y cuando no era uno de dichos eventos, era el partido del Terminal de Pintuco Llerena contra el Cola Román de José Ignacio Padilla. –Claro que si- le dije a Samuel, pero el problema no fue la narración sino la pronunciación de los nombres y apellidos isleños. Entonces Chaverra escribía la alineación como se pronunciaban los nombres, en fonética, y no como se escribían. Samuel me felicitó por mi perfecta vocalización del inglés.
Si de algo estoy contento es que don Samuel supo ese día que había cambiado mi vida para siempre, porque no solo soy hijo de Radio Morgan, sino también del estadio de beisbol Wellingwourth May. En ese escenario me hice narrador deportivo, en ese estadio me hice hombre y me volví popular reemplazando al narrador de entonces, Emilio Zogby
Un día le dije a Samuel, que quería hacer dos programas, uno deportivo y vallenato. Me preguntó -¿porque dos?- y yo le respondí -el deportivo para pagarte y el vallenato para conseguir novias-. Y fue así como nacieron dos programas inolvidables, Panorama Deportivo y Concierto de Acordeones, ambos heredados por mi hermano Anuar. Allí en esos programas comenzaron su actividad otras figuras del momento Yury Taylor, Iván Lugo, Alberto Guerra y Giovanni Castro, casi todos consagrados hoy en día en el ámbito local y nacional.
El Samuel que yo conocí, nos sacaba a todos de apuros, nos adelantaba el sueldo, nos ayudaba cuando nuestras mujeres iban a parir, nos llevaba comida a los estadios, nos conseguía tiquete para fin de año, simple y llanamente Samuel nos quería, todos los de esa época nos convertimos en sus hijos.
Primeras transmisiones de ultramar
Son muchos los momentos inolvidables al lado del maestro, pero voy a permitirme recordar algunos por la importancia que tienen en la historia de la radiodifusión en las Islas. Por ejemplo, la primera trasmisión que se hizo en directo desde Providencia.
Eusebio Vargas y yo nunca sabíamos que estábamos al aire sino cuando terminaba la trasmisión, pero que ganas le poníamos. Después se volvió rutinario, no solamente para trasmitir los carnavales de la vecina isla, sino sus partidos de beisbol. Ese tiempo no ganábamos dinero, las trasmisiones se hacían con las mismas cuñas que Samuel conseguía para la programación de la emisora, Eusebio y yo éramos felices con los canjes y con nuestras novias.
La primera vez que Gaviota acuatizó, Neibal Williams y yo veníamos en ese vuelo, caímos frente al Edificio de la Policía, después de sobrevolar a San Andrés por más de 20 minutos, ese día pasamos a la historia de la aviación en el Archipiélago.
Otro hecho histórico para la radio isleña de entonces fue la primera trasmisión de un Campeonato Nacional de Beisbol desde Cartagena, en directo. Allí tuve con Noel Chaverra Pino mi primera gran experiencia como narrador a nivel nacional. A San Andrés le iba tan bien, que le pedí el favor a Robinson Suarez que narrara un inning del partido contra Antioquia y ya no se quiso parar: narró todo el partido y San Andrés ganó.
Recuerdo a Inocencio Jay como Delegado y Eduardo Castro como Manager y con el cariño que Marlene Owkin le ponía a todo esto, conseguimos el subtitulo por primera vez en la historia del Beisbol Colombiano. Yury Taylor tiene que hacer una crónica especial sobre este suceso histórico, gloria eterna a los héroes de esa jornada.
El día que el equipo arribó, Samuel Duque nos estaba esperando en la pista del Aeropuerto, esplendido, sonriente, más poeta que nunca, esa noche departimos por su cuenta en el restaurante de Jairo Hansa y teníamos orden de pedir lo que quisiéramos, Radio Morgan acababa de dar un paso trascendental en la historia de las trasmisiones desde el continente y Samuel estaba feliz.
Fue también la primera vez que se trasmitió desde la cabina de un Avión, veníamos de ganar a varios de los grandes del beisbol colombiano, el piloto sobrevoló San Andrés y luego nos permitió mandar desde su cabina hasta la Torre de Control donde Samuel vía telefónica recogía y mandaba la señal a todo el archipiélago a través de Radio Morgan. Definitivamente qué tiempos aquellos, recuerdo que el viejo no cabía de la dicha.
Algo para recordar eran las trasmisiones de las fiestas de San Andrés, el famoso Reinado Popular. A Samuel le encantaba este evento, pero se fajaba totalmente en la parte que tenía que ver con el Reinado Internacional del Coco.
Candela viva
Fue varias veces maestro de ceremonia, pero la emisora nunca abandonó los barrios, llegamos a hacer dos programas en una sola noche: Cocotero Novembrino y Candela Viva, este último se hacía con mechones encendidos y era todo un espectáculo en los barrios donde hacíamos los programas, recuerdo que allí comenzó a acompañándonos con un acordeoncito de dos hileras el que después fuera Rey de la Leyenda Vallenata: Julián Rojas.
En radio Morgan viví algunos años y allí nació mi hijo mayor Charles, un niño que fue consentido por Samuel y por Mery pero especialmente por Samuel Duque Junior, En la emisora también vivieron mi hermano Anuar y mi primo Marcial, en fin, Radio Morgan quizá fue el verdadero hogar que nunca tuve y Samuel el padre consejero que -gruñón y todo- llegamos a adorar.
Paz en la tumba de Don Samuel, de Doña Mery y su Nieto, recuerdo imborrable para Samuel Duque Saavedra, para su hermano y para toda ese grupo de personajes inolvidables de Radio Morgan: Wellington, el de la popular cuña de cerveza La Rubia Polaca; Jairo Peralta, gran comentarista de futbol y de baloncesto; el Gordo Sánchez; el famoso Orejita; Mercia Martínez Eusebio Vargas, que se merece una columna aparte; el Negro May; Victor Daza Zarate; Marta Pérez, Roberto Pardo, Sara Duque, la Negra Maritza, Adaulfo Rodríguez, Neibal Williams; Ramón Espitia; José Alfredo Pérez; Billy Pertuz; Yury Yepez; Omar Prieto; Jimmy Ramos; Edgar García; Randel Watson; Jorge Muñoz; Cleopatra Marrugo; Elisabeth Jay Pang; Emiliana Bernard; Canwright Dawkins y los fallecidos Errol Smith, Jaime Álvarez Sierra, Ángel Terán Villeros, José Torres Orozco, Carlos H. Rodríguez, Cesar Artuz, Juanito Luna, Victor Abrahams y Omar Villarejo.
Para terminar, los invito a cantar la célebre canción de Mercedes Sosa “Gracias a la vida’… que nos ha dado todo…