En elecciones hablamos de votar y quién se dispone a hacerlo tiene motivos que a veces oculta o en más, expresa con vehemencia buscando darlos a conocer para convence. Se escucha hablar de voto “útil” en contraposición a “botar” el voto cuando por convencimiento se respalda un programa o partido aunque en los pronósticos de las encuestas no está para ganar la carrera electoral.
En el beisbol, ante un partido que se debe ganar o ganar, tenemos que utilizar todas las potencialidades, todos los recursos, todas las habilidades de los jugadores del equipo y Colombia debe mirarse como un gran equipo que tiene que ganarle a la pobreza, que tiene que ganar en equidad y en integrar a su desarrollo todos sus componentes, que tiene que recobrar la productividad perdida por la pérdida de mercados para sus productos, especialmente en el de las manufacturas con destino al vecindario, con destino al mercado venezolano y ecuatoriano principalmente.
Hay una “guerra política” con Venezuela que nos hace un daño inmenso y se extiende al sur. Este despropósito nos ha quitado más de un tercio de las exportaciones totales y su mayor efecto es el altísimo desempleo pues son los que en su producción tienen más mano de obra agregada.
Este es una situación de alta peligrosidad, que pone en riesgo todo lo ganado en seguridad, que se vuelve caldo de cultivo por el desespero que abraza a los sin trabajo para ser llevados a la ilegalidad.
Aumentar los gastos en la seguridad disminuye recursos del Estado y la atención a las regiones y a nuestras islas. Tenemos que acabar con la “guerra”.
Las circunstancias actuales ameritan especial importancia y nos puede hacer perder el partido más valioso, el juego por la paz y la prosperidad.
Si los electores somos “manager” de Colombia, como en el beisbol, se exige pensar en la mejor jugada, en la jugada más conveniente para acabar con el peligro de la “guerra política” que tenemos encima y que nos está quitando nuestro mercado natural, nuestra fuente de trabajo productivo.
Debemos sacar el “as” de debajo de la manga, debemos poner a jugar a nuestra mejor lanzadora especializada en lograr acuerdos políticos y comerciales para enfrentar a los peligrosos “bateadores” de Venezuela y del Ecuador, seguro que sabe como recobrar paz y armonía y devolvernos en poco tiempo el ambiente de tranquilidad necesaria para escalar por el camino de la prosperidad.
Votar por Noemí Sanín el 30 de mayo es un voto conveniente, ganas tú y gana Colombia.