Los sistemas sociales varían según la naturaleza de su población, allí se encuentran diferentes formas de vida, de conducta, usos y costumbres, de forma tal que la preservación del individuo sea prioritaria.
En ésta nación llamada Colombia, la cosa cambia. Múltiples errores se han cometido, debacles por ser más claros.
Es motivo de observación que en sistemas
de vida de criaturas más ‘básicas’ sean mucho más eficientes en ésto de la preservación; de forma tal que se pueden observar diversos modelos.
Empezando por la ‘anarquía’ de los octocorales que, sin necesidad de regente, reparten los alimentos por medio de una red ‘pública’ priorizando al que más los necesita.
Bueno y sí, hay matriarcados hermafroditas altamente efectivos, como por ejemplo en el pez loro. Así como también especies de peces donde los machos son responsables de las primeras etapas de crianza.
El pólipo de coral y la zooxantela de las colonias de coral que construyeron nuestros arrecifes se asimilan al patriarcado, ella alimenta y el pólipo construye.
Todos éstos sistemas, a pesar de las diferencias, son eficientes no solo en lo particular sino también en un mayor entorno.
Estás comparaciones nos permiten valorar y calificar la normatividad vigente colombiana, donde se castiga por ley que el alto porcentaje de votantes haya creado alianzas para la elección del actual gobernador, por ejemplo, con el 70 % de la votación.
Lo más curioso es que la palabra democracia es “un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de sus representantes”.
Bueno, sin entrar a juzgar a nadie, pareciera que se han manipulado las leyes a punto tal que carecen de coherencia comparados con otras especies y sistemas de gobierno más ‘primitivos’.
Ahí les dejo…