Este lunes 27 de enero está programada la puesta en marcha del proyecto de obra pública más importante y significativo de mucho tiempo en San Andrés. Se trata de la intervención, en su primera etapa, del alcantarillado del área turística y comercial de North End, para dar solución a la problemática del rebosamiento de aguas servidas en la isla.
Obra que por su envergadura provocará una sustancial modificación temporal de las costumbres –transito vial, horarios, incomodidades, ruido, malos olores y cierres temporales o parciales de establecimientos, entre otros– que tendrá que ser sobrellevada con suma paciencia por las comunidades del sector. Los vecinos y usuarios lo saben y obrarán en consecuencia.
Se trata, según explicaron en la reunión abierta que se realizó con los interesados, de una intervención en la Avenida Colón que está calculada aproximadamente en siete meses, desde la esquina del predio de la Asociación de Guías Scouts empatando con el boulevard costero hasta el Fisherman’s Place. “Un mal necesario”, comentó uno de los asistentes. Y tiene razón.
La realidad es que hoy en día contamos con sistema en tubería ‘gres’ que tiene más de 30 años de uso, el cual tiene filtraciones en toda su extensión y además perdió sus sellos dando paso a la obstrucción con sedimentos que la han colapsado. “Por tal motivo y otros más, es ineficiente, no da abasto y se rebosa en varias puntos de su trayecto”, se informó en la reunión.
De manera que este Gobierno departamental ostenta la responsabilidad histórica de echarse al hombro el compromiso y el –menor o mayor– costo social que resulte de la ejecución de esta obra primordial. Y, por su parte, la sociedad civil tiene el deber de acompañar y observar también con responsabilidad social el desarrollo de la misma. Es necesario, es urgente. Es posible.