El foro CILAC 2024, culminó dejando abiertas interlocuciones sobre el rol de la tecnología en los procesos de calidad de vida en Latinoamérica y el Caribe. Al respecto, habla Marcelo Magnasco, presidente de la Federación Latinoamericana de Trabajadoras y Trabajadores Científicos (FedLacTCi).
¿Qué temáticas se abordaron durante el foro?
Hemos tenido varias participaciones: una mesa que organizamos con la Federación de Sindicatos de Docentes Universitarios de América del Sur, en la que abordamos la construcción de derechos de los trabajadores y el mejoramiento de su calidad de vida. En muchos países esto es un espacio muy atrasado, hay más de 400 mil trabajadores de la ciencia en toda nuestra región. Por otro lado, conversamos sobre la seguridad y la libertad en la ciencia, a raíz de un programa de la UNESCO a nivel global, participamos en el punto de América Latina y el Caribe.
¿Por qué hablamos de atraso?
América Latina está atrasada en muchos niveles. La cantidad de inversión con relación al PBI es muy bajo para investigadores si lo comparamos con otras regiones del planeta, esto va de la mano con que más del 80% de los trabajadores científicos tienen condiciones laborales muy precarizados, contratos a término que no les permite que las investigaciones tengan un impacto en la sociedad, que es lo que se busca.
¿De qué manera estas discusiones pueden tener un impacto real en los trabajadores?
La participación en espacios como estos permiten una toma de conciencia, tener reuniones, plantear problemas y contemplar posibles soluciones; esto es esencial porque vemos dificultades a nivel internacional. Estar acá nos da la posibilidad de tener un panorama más claro. Todo son siglos de investigación, esto se traduce en los distintos trabajos.
¿Hay alguna connotación en el hecho de que las discusiones científicas lleguen a lugares no tan desarrollados?
Yo creo que la lucha es constante, mientras se siga discutiendo se va a seguir avanzando. Quizás no estemos en el centro, pero nuestro objetivo es poner en ese lugar a nuestros trabajadores y trabajadoras. Tomemos la producción automotriz, no somos protagonistas, lo que no significa que no debamos luchar por los derechos de las personas ligadas a este sector. Nosotros tenemos que seguir fomentando esa perspectiva.
¿A raíz de la complejización del mundo, requerimos más oportunidades para los trabajadores?
Sin ninguna duda, el sistema de la educación superior es esencial para esto. El mundo ha ido a una velocidad impresionante. Si queremos estudiar, por ejemplo, los satélites, hay que tener una política relacionada, porque la información es compleja.
¿Esto se liga con la dignificación de los trabajadores?
Claro que sí, si no hay trabajo decente no podremos hablar de avance de la ciencia. Cualquiera puede ver que los mayores investigadores siempre fueron bien pagados y es en ello donde surgen los derechos de los trabajadores. Ese es el centro de la cuestión: con espacios y sueldos dignos podremos avanzar en materia tecnológica de forma más justa y solidaria.