El 22 de octubre, dentro de la amplia programación académica que ofreció la denominada Zona Azúl en la COP16, se desarrollaron dos charlas lideradas por el Fondo Acción. Ambas contaron con amplia participación de profesionales isleños, entre panelistas y asistentes al recinto.
La primera fue el conversatorio ‘Tres décadas de investigación y monitoreo de arrecifes’, organizado por el Ministerio de Ambiente y teniendo como ONG aliada a Fondo Acción.
Para iniciar, el delegado de la cartera, Tomás Londoño, les dio la bienvenida a los panelistas (en la foto, de izquierda a derecha): Raúl Navas, coordinador de Monitoreo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia (Invemar); Yabanex Batista, director adjunto del Fondo Global para los Arrecifes de Coral; June Marie Mow, directora ejecutiva de la Fundación Providence; y Valeria Pizarro, investigadora senior del Perry Institute for Marine Sciences Bahamas.
Dicho espacio fue moderado por la bióloga y ex viceministra de Políticas y Normalización Ambiental, Sandra Vilardy, quien aseguró que desde hace 30 años se viene detectando el grave deterioro de los arrecifes de coral, pero enfatizó que éste se ha acrecentado en los últimos 10.
De ahí que el eje central fuera el tema de monitoreo, explicado desde diferentes aristas por los panelistas, quienes mencionaron algunas generalidades en la materia al inicio del conversatorio.
Por ejemplo, Mow, bióloga providenciana, recalcó que cuando se habla de monitoreo, la cooperación y articulación entre diferentes aliados son elementos claves para su ejecución satisfactoria.
Y agregó que: “Hay que mirar desde la montaña hasta los arrecifes, y por eso venimos trabajando igualmente con temas de restauración y monitoreo en el bosque seco de Providencia, con el apoyo activo de jóvenes como Lilia Ward”, una de sus colaboradoras en la fundación que dirige.
En este mismo sentido, recalcó la importancia de seguir involucrando a los más jóvenes, para que éstos adquieran un compromiso más sentido con su territorio y una visión amplia de lo que significan estas acciones; a lo que la ex viceministra Vilardi agregó que el uso nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, vienen adentrándose en estos procedimientos para aumentar su eficiencia, siempre con el apoyo de las comunidades.
¿Dónde están los vacíos en el monitoreo?
Otra de las cuestiones planteadas durante el panel fue explicar en qué puntos se tienen falencias a la hora de realizar monitoreos, donde el representante del Invemar reconoció que es poco el recurso económico que se obtiene para este tipo de intervenciones, pero se hace el máximo de esfuerzo para sacarlo adelante, contando con la colaboración de distintos aliados que prestan asistencia técnica, como la Universidad del Valle o la Corporación Ambiental Coralina y la Sede Caribe de la Universidad Nacional (ambas en San Andrés), sólo por citar algunos ejemplos.
Otro de los planteamientos hechos fue cómo percibían los invitados el monitoreo en otras áreas del Caribe, a lo que la experta Pizarro respondió que, para el caso de Bahamas no siempre es el gobierno el que aporta los dineros necesarios para estas acciones, sino que lo hace el Instituto (para el que trabaja) directamente a través de gestiones para la adquisición de fuentes de financiación.
La doctora en biología marina también fue enfática en explicar que, tratándose de un gran archipiélago, Bahamas posee muchas más islas y que por ello existen muchas más personas acaudaladas que fungen como donantes en este tipo de labores científicas.
Caso contrario lo descrito por la experta Mow Robinson, quien comentó que es poca la capacidad de ejecución en otras islas del Caribe. Reveló que según su experiencia en Saint Kitts, si los fondos no provienen de una ONG es poco lo que se hace en términos de monitoreo; y que en Barbados se hace un poco más en zonas costeras.
“Tenemos que reconocer que hace falta más dinero, así que hay que involucrar al sector privado, fomentando uniones claras y estratégicas”, añadió.
El monitoreo, ¿para qué y con quién?
Otra de las temáticas mayormente planteadas, fue cómo involucrar a las comunidades locales, a través de estrategias de sensibilización social fuertes y vinculación directa en procesos como los de monitoreo.
El coordinador en Invemar, por ejemplo, indicó que gran parte de sus colaboradores están en los parques naturales nacionales del país; y que actualmente capacitan a buzos o pescadores en este tipo de acciones; aunque recalcó que la fuente primaria para la recolección de datos sigue siendo el Instituto, quien entrega la información depurada al Estado para la toma de decisiones.
Al cierre, el delegado del Fondo para los Arrecifes de Coral, aseguró que en materia de ciencia ya se sabe lo suficiente para tomar acciones concretas, y que lo urgente ahora es salir a buscar recursos para poder en práctica dichos conocimientos, en pro de proteger y conservar los ecosistemas.
Los arrecifes: “ciudades de organismos”
Igualmente, este martes se tuvo la proyección del documental ‘Saving Atlantis’ producido por Oregon State Productions en cabeza de David Baker; un film de una hora y 30 minutos que explica de manera muy simple qué es el coral, cómo se forman las colonias y posteriormente los grandes arrecifes, la importancia que tienen, su relación con las algas simbiontes y los servicios que proveen a la humanidad.
Así mismo, presenta diferentes testimonios alrededor del mundo sobre el alto valor de los arrecifes, aún cuando representan menos del 1% de la superficie marina del planeta; además, muestra las amenazas a los que están expuestos, presentando entre los casos, el de los corales del sector de Varadero (en la zona de Bocachica, muy cerca de Cartagena).
Precisamente, al finalizar el documental, se produjo un conversatorio con el productor del documental; con Yurshell Rodríguez, líder comunitaria y activista ambiental del Pueblo Paizal del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; y con dos de las protagonistas de la cinta: la bióloga Mónica Medina, quien viene adelantando una interesante investigación sobre microbioma de coral; y nuevamente Valeria Pizarro, quien descubrió hace varios años la presencia del arrecife en Varadero.
En efecto, esta científica se ha convertido en una de las defensoras de este ecosistema, puesto que se cierne sobre él un enorme peligro y es la construcción de un segundo canal de navegación en el área, por lo que el dragado pondría en inminente riesgo la permanencia de esos corales.
“Un arrecife heroico”
Cabe recordar que Varadero ha sido un caso de estudio especial, puesto que según los expertos no debería haber un arrecife allí, dada la alta presencia de sedimentos y contaminación en sus aguas; lo que lo convierte en un ecosistema único en el Caribe, comparado únicamente con un punto similar en Florida y en Honduras.
De acuerdo con la bióloga Pizarro, este sistema coralino se encuentra entre los 1.5 y 16 metros, siendo los que mejor se conservan los ubicados entre los 3 y los 7 metros.
La jornada en el recinto culminó con la intervención del joven cantautor, residente en Bocachica, Jalimer Caraballo; quien desde sus interpretaciones del género champeta, como su canción ‘El planeta’, le canta al medio ambiente, buscando crear conciencia en la juventud sobre las amenazas que tiene la naturaleza y cómo se pueden sumar a su protección.