Los pintores María Antonia ‘Toña’ Ruiz y Juan Miguel Villareal son parte de los embajadores de la cultura y el medioambiente que representan a la islas en esta cumbre internacional, un espacio en el que los colores, cosmogonías y talento que convergen con discusiones globales sobre hacia a dónde nos dirigimos en el cuidado de la naturaleza.
Se trata de un escenario muy interesante, pues estos dos cultores representan dos horizontes artísticos similares y dispares: experiencia y frescura. Lo anterior, revela que el aporte de las islas en la COP16 será fundamental mostrando las diferentes expresiones y visiones que se tienen sobre el territorio insular.
Toña se describe como una artista de toda la vida, una férrea creyente de que el aporte al cuidado del medioambiente es trascendental para la pervivencia como especie humana en el planeta y, en especial, que la conciencia de esto debe ser transmitida a las nuevas generaciones de las islas.
Por otro lado, Villareal es un artista de la nueva camada, de aquellos jóvenes que con desparpajo plasman, denuncian y crean obras con fuerte contenido social y, también, por la belleza de sus trazos; ambos sabedores llegan a Cali para dejar el nombre del archipiélago en alto y, claro está, mostrar que su esfuerzo sí es tenido en cuenta a nivel internacional.
Las obras de la COP16
Juan Miguel diseñó una propuesta que combina la denuncia de problemáticas como el narcotráfico y la sobrepoblación con conversaciones neurálgicas con líderes y lideresas sociales del departamento, baluartes de la cultura isleña, y quienes son pieza clave para tejer lazos de paz entre esta y las nuevas generaciones.
“Una de las apuestas de la obra es plasmar problemáticas como el narcotráfico que cambiaron la cosmovisión acerca del mar en las islas. También busqué retratar cómo el turismo alteró la concepción que se tiene sobre el territorio insular, una especie de globalización que se ha dado en el archipiélago, y a partir de ahí la relación de los líderes sociales con causas como el medioambiente”, dijo Villareal.
Mientras tanto, Toña no oculta su emoción por ser parte de esta cumbre internacional, y recalca la necesidad de que se reconozca mucho más el aporte de los artistas del departamento. En su caso, por sus manos han pasado algunas de las obras más coloridas, fantásticas y con sentido ambiental de las que se tiene registro en el archipiélago.
“Lo que yo quiero dejar son huellas a través del arte, la biodiversidad y el reciclaje (…) Yo quiero transmitir al futuro del planeta el compromiso con el cuidado con el medioambiente, por eso me inquieta tanto esta labor, en la que he trabajado en diferentes espacios y momentos sobre esta temática tan importante”, sostuvo Toña.
Del mismo modo, la sabedora apunta que se requiere mucho más apoyo en las diferentes expresiones del arte, no obstante eso no la ha desmotivado para que sus creaciones hablen por ella y, también, para trabajar con los niños y jóvenes isleños sobre el cuidado del medioambiente y la capacidad creativa que anida en las mentes locales.