Como parte de las acciones de la ‘Semana de la Educación Ambiental’, diversas instituciones se vincularon a esta gran iniciativa de siembra, de cuidado de la vida y protección de los recursos hídricos del departamento. Duppy Gully y la Cuenca del Cove fueron los sitios donde se llevó a cabo esta actividad. Unas de cal y otras de arena.
La ‘sembratón’ por el agua fue una actividad pedagógico-ambiental que logró que cerca de 50 personas interiorizaran la importancia de la siembra de árboles, en especial en la Cuenca del Cove, núcleo de la Reserva de Biósfera Seaflower y parte fundamental para la preservación de los ecosistemas del departamento.
Para esta estrategia se tuvieron en cuenta predios que hubieran tenido incendios forestales o que estuvieran deforestados, buscando instalar un mensaje de empoderamiento ciudadano en cuanto al cuidado de la naturaleza y la necesidad de proteger el medioambiente para las próximas generaciones.
Se incluyeron plántulas frutales y maderables, con el fin de proteger el suelo de algunas problemáticas como la deforestación y, al mismo tiempo, servir como fuente de alimento para los habitantes del territorio insular y las diversas especies animales que tienen estos productos como parte de su dieta.
Pedagogía ambiental
“Quisimos poner un granito de arena: lo importante de la actividad es que fue pedagógica para que las personas que hicieran parte de esta pudieran vivir la experiencia de poder sembrar su propio árbol”, dijo Úrsula Archbold, funcionaria del área de Educación Ambiental de la Corporación para el Desarrollo Sostenible (Coralina).
Según el portal Globalforrestwatch, desde 2002 hasta 2023, San Andrés perdió seis hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa 21% de su cobertura arbórea en el mismo periodo de tiempo. El área total de bosque primario húmedo en San Andrés disminuyó en 1.8% en este lapso temporal.
Lo anterior pone de manifiesto una gran problemática que debe ser atendida desde los diferentes niveles sociales, con el fin de mitigar los impactos ambientales que suscita esta situación, una discusión que debe ponerse sobre la mesa en el todo el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
“El árbol contrarresta la deforestación, permitiendo que haya mejor infiltración en el recargue de los acuíferos, de donde proviene nuestra agua. Por todo esto es que debemos sembrar y no talar los árboles en ningún lugar del departamento, en especial en la cuenca del Cove”, añadió la profesional.
Entre los participantes del Comité Interinstitucional de Educación Ambiental (CIDEA) que se vincularon a esta actividad, se destacan: Policía Nacional, Infotep, Coralina, Fuerza Aérea, Sena y las secretarías de Servicios Públicos y Medioambiente y de Educación Departamental.
Unas de cal y otras de arena
Como contraparte a esta loable reforestación, los pescadores artesanales que habitualmente utilizan los complejos arrecifales de ‘East - South East Cay’ (conocidos también como Cayo Bolívar), denunciaron la devastación de las ‘chozas’ que habitualmente utilizan como refugio durante sus faenas.
En efecto, pescadores que históricamente adelantan sus labores en la zona mencionada, publicaron en redes sociales abundante material gráfico (videos y fotos) que dan cuenta de la destrucción sistemática de sus resguardos temporales que hacen parte de su derecho ancestral y consuetudinario.
El llamado es a la cordura, el respeto, el esclarecimiento y la no repetición de los hechos.