Recientemente en la isla de San Andrés se llevó a cabo una nueva mesa migratoria para revisar parte de los compromisos establecidos desde su conformación, la cual contó con la participación de los principales actores en los procesos de migrantes irregulares. Hablan autoridades.
Desde el año 2023 la Procuraduría General de la Nación advirtió sobre la llamada ‘Ruta VIP’ para la migración irregular en el departamento, alimentada por –en ese entonces– el caso de 35 migrantes venezolanos desaparecidos en aguas del departamento. El ente de control intervino y desde allí se sentaron unas bases para lo que sería más adelante la mesa migratoria.
La migración irregular es un proceso complejo, pues se realiza por diversas razones y en distintos momentos. Según la Declaración Universal de los derechos humanos (1948), se establece que toda persona tiene derecho a circular libremente y a salir de su propio país y regresar a él, lo que abre el paraguas para que al hablar de migración se hilvane fino.
Ahora bien, con el correr del tiempo los flujos migratorios se han ido complejizando y teniendo nuevas rutas, entre ellas, San Andrés. La isla funciona como puente para seguir hacia Centroamérica en búsqueda de diferentes destinos y, por el carácter fronterizo del departamento con más de cinco países, hace que se trate de un tema que ha tomado relevancia.
El proceso es plurinacional y multiétnico reportando casos de migrantes rescatados por las autoridades de la isla provenientes del continente americano pero en algunos casos, asiáticos y de otras latitudes, lo cual revela que, en el mapa de migración, las islas están muy presentes.
¿Cómo vamos este año?
Según el capitán de Fragata Guillermo Lozano, Comandante de la Estación de Guardacostas de San Andrés, se ha presentado una reducción en este tema con relación a 2022 y 2023; en el primero de estos años se manejó una cifra de migrantes cercana a los 800 y el siguiente algo un poco mayor a 400, lo que se enfrenta a la realidad de que, a la fecha, alcanza los 183 migrantes salvaguardados en 2024.
“Esto puede deberse, en algunos de estos casos, a la labor mancomunada que han realizado las autoridades para mitigar el flagelo de la migración y a los trabajos de inteligencia que han permitido el desmantelamiento de redes de migrantes, lo que ha cambiado la dinámica de estos grupos que se dedican a estos actos”, indicó Lozano.
“Se han llevado a cabo diferentes mesas de diálogo y concertación para poder tener una ruta clara y práctica para poner a disposición tanto a las personas que migran como a quienes cometen el delito”, agregó.
Por su parte, la abogada Ingrid Villalba Archbold, Defensora Regional del Pueblo, sostuvo que en los distintos momentos de la mesa migratoria se ha puesto en conocimiento de las demás autoridades la importancia de dialogar sobre la migración irregular.
“Somos invitados de la mesa de manera permanente con el fin de que cuando se presente este flagelo se dé una atención efectiva; más aun teniendo en cuenta que el presidente de Panamá ha advertido que controlará el paso fronterizo de su país con Estados Unidos. Le hicimos saber esto al Canciller colombiano, porque si esto sucede la población migratoria en las islas podría aumentar”, dijo la defensora.
Del mismo modo, señaló Villalba, este año la Defensoría sólo atendió 77 casos de migrantes, en comparación con 2023 donde se presentaron 204, mostrando un descenso en las estadísticas, lo que no significa que se deba bajar la guardia.
Por último, el secretario de Gobierno de San Andrés, Arlington Howard, mencionó que la mesa migratoria fue conformada por un consejo de política social, con base en el aumento de la problemática de la migración irregular. Igualmente, comentó que con su implementación se busca aunar los esfuerzos de las entidades involucradas para minimizar los impactos de la migración irregular.
En tal sentido, el funcionario formuló un llamado a erradicar esta práctica en las islas: “Llamamos la atención a los ‘coyotes’ que siguen engañando a los ciudadanos extranjeros con la ilusión de un supuesto ‘Plan VIP’, donde aterrizan en San Andrés y luego son trasladados en embarcaciones sin ninguna seguridad hacia Centroamérica en búsqueda del sueño americano”, concluyó.