El próximo 7 de julio entrará en vigencia la Ley 2232 de 2022, que busca reducir la producción y consumo de plásticos de un solo uso en Colombia. El Archipiélago empezó de manera anticipada la transición hacia elementos eco-amigables desde hace casi tres años, gracias a la Ley 1973 de 2019 expedida de manera exclusiva para él._(Foto: Infobae con imágenes de Pixabay)
En contexto
En principio, el próximo mes se establecerán las medidas para reducir la producción y consumo de seis plásticos de un solo uso, así como los plazos en que de manera gradual empezará a regir esta normativa.
Entre estos elementos prohibidos están: las bolsas para embalar, cargar o transportar mercancías; las bolsas para proteger periódicos, revistas, publicidad y facturas; los rollos de bolsas vacías en superficies comerciales para alimentos a granel; así como los pitillos, soportes plásticos para las bombas de inflar y los copitos de algodón.
En su momento, la Corte Constitucional mantuvo en firme el articulado de la Ley, aduciendo que los productos materia de prohibición eran fácilmente sustituibles por otros y que no afectarían el consumo de otros bienes y servicios; además, porque la legislación colombiana estaba generando normas para desincentivar gradualmente su utilización desde hace algún tiempo, tal como ocurre con las bolsas y los pitillos.
De otro lado, los plásticos que quedarían exceptuados serían los usados para:
- Propósitos médicos por razones de asepsia e higiene; y para la conservación y protección médica, farmacéutica y/o de nutrición clínica que no cuenten con materiales alternativos para sustituirlos.
- Contener productos químicos que presentan riesgo a la salud humana o para el medio ambiente en su manipulación.
- Conservar alimentos, líquidos y bebidas de origen animal.
- Los plásticos de un solo uso cuyos sustitutos, en todos los casos, tengan un impacto ambiental y humano mayor de acuerdo con resultados de Análisis de Ciclo de Vida que incorporen todas las etapas del ciclo de vida del plástico.
- Aquellos productos fabricados con 100% de materia prima plástica reciclada, proveniente de material post consumo nacional, certificada por organismos acreditados para tal fin por parte del Gobierno nacional.
Reparos
Así como la norma define varios aspectos sobre su producción, también contempla materiales sustitutos y alternativas para su reemplazo. No obstante, la medida ha causado comentarios de diversa índole, sobre todo en aquellos sectores que resultarían afectados por su actividad comercial.
Por ejemplo, el presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), Daniel Mitchell, en entrevista con EL TIEMPO le dijo que la industria está preparada para la transición hacia otras alternativas más sostenibles, pero que “el Ministerio de Ambiente ha fallado en establecer la reglamentación, es decir, las reglas de juego con las cuales se definen las excepciones a la norma y qué características deben tener las alternativas a estos productos que saldrán del mercado”.
El dirigente resaltó que la reglamentación debía llegar hace más de año y medio, y que eso limita al sector para poder ofrecer alternativas.
Otros productos que contempla la Ley 2232, que quedarán totalmente prohibidos en 2030 son:
-Envases o empaques, recipientes y bolsas para contener líquidos no preenvasados, para consumo inmediato, para llevar o para entregar a domicilio.
-Platos, bandejas, cuchillos, tenedores, cucharas, vasos y guantes para comer.
- Confeti, manteles y serpentinas
-Adhesivos, etiquetas o cualquier distintivo que se fije a los vegetales.
Legislación en las islas
Adicional a la Ley 2232, existe otra ley de la República pero exclusiva para San Andrés, Providencia y Santa Catalina (e islas menores), por medio de la cual “se regula y prohíbe el ingreso, comercialización y uso de bolsas y otros materiales plásticos”: la Ley 1973 de 2019.
Así mismo, la Corporación Ambiental Coralina expidió la Resolución 283 del 22 de junio de 2021, respaldando la citada norma; documento en que además de los elementos mencionados, recalca también la restricción al ingreso y uso de globos decorativos en actividades turísticas y recreativas en playas, cayos y ecosistemas estratégicos (manglares y humedales) del territorio insular.
Igualmente, la resolución expedida por Coralina indica que los buques comerciales que arriben al Departamento no podrán usar bolsas plásticas para almacenar las basuras; y que deberán realizar la disposición final de desechos cuando arriben a puerto en el continente.
Para ampliar este tema, EL ISLEÑO dialogó nuevamente con Luz Elena Rojas, ingeniera ambiental de la entidad, quien indicó que a la fecha es positivo ver cómo se han sensibilizado la gran mayoría de los establecimientos que normalmente usaban este tipo de elementos, así como quienes los expenden, vendiendo ahora elementos similares de materiales amigables con el planeta.
En entrevista con esta funcionaria a finales de 2023, calificaba como “gratificante” la actitud de los comercios y de sus clientes, que ya llegaban a comprar con sus propias bolsas de tela o aprovechando las cajas en que se embalan otros enseres.
Hoy admite que aún hay casos en los que deben refrescar la normativa (en este momento, la que rige en las islas) pero asegura que son muchas más las personas y empresas que están acatando la medida, lo que hará –en sus palabras – mucho más fácil implementar la legislación que desde el próximo mes regirá en todo el país.
Transición está llegando a su fin
“Al entrar en vigor la Ley 2232 Coralina tendrá que hacer una modificación en la Resolución que nosotros tenemos, es decir, en el marco normativo general, dado que el Ministerio nos ha habilitado nuevas herramientas para manejar ciertas acciones y materiales alternativos, pero entrará a regir también en julio. El tiempo de la pedagogía ya está llegando a su fin”, explicó la profesional.
Rojas enfatizó que como autoridad ambiental tienen que velar porque se haga la adopción lo más sana posible, sin implementar cambios drásticos (por eso se empezaron las socializaciones desde hace más de tres años) y no generar afectaciones al empresario. “Nuestra intención tampoco es sancionar ni llegar a decomisar, pero nuestro compromiso sí es que la comunidad y el sector comercial interioricen la problemática del plástico, en el departamento y en el país, aplicando la norma”, añadió.
La ingeniera afirmó que son muy provechosos estos años de ventaja que ha ganado San Andrés, porque la gente estará más dispuesta a ‘cambiar el chip’; y porque la reglamentación, ahora al ser nacional, le servirá mucho a Coralina para reforzar su sistema de seguimiento y control.
Qué dice el gremio de los empresarios
Por su parte, Jennifer Yepes, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio, también considera que las islas están mucho más preparadas para estos cambios, en comparación con otros departamentos del continente colombiano.
“Hace más de dos años en San Andrés estamos cumpliendo esa normatividad, expedida puntualmente para el Archipiélago, así que la llegada ahora de la norma a nivel nacional, pienso que no generará mayores cambios. Al contrario, los empresarios ya han modificado algunos hábitos,y en los supermercados hay bolsas de materiales biodegradables, algunas son hechas a base de yuca”, manifestó.
La dirigente gremial afirmó que ya los empresarios están más que sensibilizados en este aspecto, aclarando que algunos productos que han seguido ingresando al Archipiélago es porque están permitidos; comentó, adicionalmente, que inclusive se realizan jornadas y programas especiales para mitigar su efecto.
“Tal vez hoy no vemos los frutos de ese esfuerzo, porque tenemos unas condiciones particulares con el Punto Verde y en el relleno Magic Garden, pero realmente si han habido avances significativos en la reducción de los plásticos de un solo uso. Al principio costó un poco, pero al entrar en el periodo de transición, los empresarios y comerciantes tuvieron el tiempo suficiente para encontrar otras alternativas que las normas si contemplaban para poder ingresar a la isla. La gente está más que acostumbrada”, concluyó Yepes.