Un proyecto de edificación sostenible desarrollado en Galápagos (Ecuador) para mitigar los efectos del cambio climático y abaratar los costos que se pagan por energía, sin dejar de lado el confort; pretende ser replicado en San Andrés. Habla Johana Infante, enlace en Colombia de EBP Chile, compañía que lidera la propuesta.
La iniciativa denominada ‘Living Lab de Edificación Sostenible’ y desarrollada durante tres años en el archipiélago ecuatoriano, pretende ser replicada en la isla para cambiar el paradigma de la construcción convencional, mediante el desarrollo participativo de políticas públicas locales enfocadas en la eficiencia energética y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Dicho proyecto es financiado por el programa ‘Euroclima’ de la Unión Europea, a través de la estrategia de Cooperación para la Sostenibilidad Ambiental y el Cambio Climático en Latinoamérica.
Beneficios a mediano y largo plazo
Según dio a conocer EBP Chile mediante un boletín, la propuesta aplica lineamientos de ‘arquitectura bioclimática’, la cual garantiza ahorro energético y de dinero a largo plazo, al tiempo que protege los ecosistemas únicos de las islas, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana de ONU Hábitat.
Con lo realizado en Galápagos –aseguran– se estima que las mejoras en el parque edificado representen ahorros de entre el 28% y el 50% en el consumo actual de climatización.
Así mismo, el impacto positivo del proyecto está siendo evidenciado en el ‘Living lab’, un aula de escuela donde se comprobó la disminución de seis grados centígrados en la temperatura interior, entre febrero de 2023 y febrero de 2024.
“Es un avance significativo que está correlacionado con la disminución del consumo energético en climatización. Estos resultados no solo se traducen en ahorros económicos y energéticos, sino también en mejoras tangibles en la calidad de vida y el rendimiento de 60 estudiantes y dos docentes, quienes están experimentando un ambiente escolar más confortable y mejorando sus niveles de productividad en clases”, se lee en el boletín.
Réplica en San Andrés
Por otra parte, Johana Infante indicó que desde el mes de enero de este año han efectuado varias visitas de aproximación en Colombia, para identificar puntos de interés para las intervenciones y potencialidades de cooperación. Ahí se eligió a San Andrés como probable parte del proyecto.
La arquitecta dijo que de manera preliminar se hizo la presentación del plan base de réplica a diferentes entes nacionales, como el Ministerio de Minas y Energía, la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) y el Fondo de Energías no Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge); siendo este último el designado como aliado y responsable para generar un diseño definitivo de réplica en el territorio insular.
“Ya designado Fenoge, gracias a su experiencia en un proyecto anterior sobre energías renovables también en el Archipiélago, recibirán de nuestra parte la hoja de ruta técnica de edificación y de marco regulatorio que diseñamos para San Andrés el pasado miércoles 12 de junio. Posteriormente, ellos darán a conocer las fechas de ejecución y si se emplearán recursos propios o de cooperación internacional”, explicó.
Infante resaltó, además, que el proyecto de réplica ya fue socializado ante la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) capítulo San Andrés; el secretario departamental de Turismo, Ricardo Camacho; y la presidenta de la Asociación de Posadas Nativas, Clotilde Henry; entre otros interesados.
Arquitectura bioclimática
A propósito de su reunión con las Posadas Nativas, la representante de EBP Chile enfatizó que fue un encuentro muy provechoso puesto que este proyecto tiene un componente de turismo muy fuerte y porque –en sus palabras– hay una relación muy bonita entre los pobladores nativos y el concepto de ‘arquitectura bioclimática’, base de la propuesta.
“Durante nuestra charla ellos nos contaron cómo era que sus antepasados construían las casas (las mismas posadas), con métodos tradicionales de ventilación natural (diseño de las ventanas) y dándole una importancia notable a las cubiertas y a los balcones. Definitivamente ellos aplicaban principios de arquitectura climática pensada para brindar confort a sus moradores, al tiempo que pensaban cómo no impactar el medio ambiente”, relató Infante.
La profesional aseguró que cuando se diseña bien una casa, disponiendo bien las ventanas, por ejemplo, se usa menos energía, se impacta menos al medio ambiente, y por ende se gasta menos en servicio de energía en el uso de aires acondicionados.
“Eso es lo que pretendemos en la isla. Para ello se revisaron varias tipologías arquitectónicas y se tienen tres pilotos: de una posada nativa, de una vivienda y posiblemente el de un edificio de la Universidad Nacional, porque consideramos que sería una buena manera de transferir conocimiento a sus estudiantes”, puntualizó.
