Para el pueblo raizal del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el mar es un elemento fundamental de su cultura, historia y modos de vida. Conocimientos, tradiciones y prácticas relacionadas, son el resultado de una estrecha interacción entre la comunidad insular con el ambiente marino.
Sin embargo, frente a los recientes cambios que ha experimentado la sociedad isleña desde hace algunas décadas, intentando responder a nuevas formas de apropiación del espacio que ocupa, se ha trastocado la relación entre el mar y su gente, poniendo en riesgo su riqueza cultural construida y acumulada a través de las generaciones, que ha logrado una estrecha relación y una diversidad de saberes en torno al funcionamiento de la naturaleza, dentro del agua, sobre la superficie del mar y arriba en el cielo.
Con el paso del huracán Iota, entre noviembre 15 y 16 del 2020, la devastación en las islas de Providencia y Santa Catalina dejó una delicada situación humanitaria y ecológica que no ha sido atendida de manera oportuna y coherente con el contexto de las islas. Sin embargo, los isleños han ido resolviendo gran parte de sus necesidades, rehaciendo sus vidas en un ambiente transformado, similar a lo que ocurre, de manera natural, en un bosque que es perturbado por algún evento extremo y queda desprovisto de cualquier organismo vivo, pronto resurge la vida, nuevas condiciones que permiten el asentamiento de organismos adaptados.
Así, a pesar que el huracán se llevó cosas materiales, incluyendo gran parte de la vida material, no pudo arrasar el conocimiento y las prácticas propias de los habitantes de las islas, fundamentales para sus vidas y claves para renacer tras el desastre.
En este escenario, el mar como espacio en el que se desenvuelve la vida en las islas ha sido objeto nuevamente protagónico en este momento particular de las vidas isleñas. Es de destacar aquí la importancia de los conocimientos marítimos en la respuesta de los isleños frente a la llegada del huracán ya que, su relación con el mar ha desarrollado habilidades que les permitieron a muchos, enfrentar las complejas situaciones generadas por este dramático evento. Así como el importante proceso liderado por la Federación de Pescadores Artesanales de Providencia y Santa Catalina, que han sido un ejemplo de resistencia y resiliencia cultural en el medio del desastre y las consecuencias del mismo.
Esto nos muestra el papel de la cultura como un componente activo en el proceso de reconstrucción que hoy enfrentan Providencia y Santa Catalina, permitiendo no solo la adaptación de los isleños en un contexto de reconstrucción de las islas, que aún tardará varios años; sino también, en la preservación de sus formas particulares de ser y estar en el mundo. Pese a lo cual, las dimensiones culturales no han sido centrales en la visión externa que ha imperado en el proceso de reconstrucción.
Es por ello que, aunque existan presiones de cambio que lleven a la sociedad a modificar su actuar o su pensar, la cultura propia sigue siendo transversal a las vidas isleñas, y allí el mar juega un papel fundamental, incluso si en la actualidad muchas personas ya no tienen relación directa con este, y si las actividades tradicionales se han venido debilitando. Y por supuesto, el debilitamiento de estas relaciones, y particularmente la pérdida de prácticas y conocimientos asociados al mar, representa una seria amenaza para la supervivencia cultural del pueblo raizal. Así que, dirigir esfuerzos hacia la preservación cultural, sus saberes e interacciones sociales, es una respuesta acertada que hace frente a lo que el huracán no pudo llevarse.
Conscientes de la importancia de la cultura marítima para el pueblo Raizal, en 2018, la Fundación Sea, Land & Culture Old Providence Initiative (PROSEALAND), conformada por raizales y residentes del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, decidió apostarle a un proyecto cultural que promoviera el diálogo de saberes y la valorización de estas prácticas. Es así como a partir de 2019 y con el apoyo de del Ministerio de Cultura de Colombia – Programa Nacional de Concertación Cultural, se viene celebrando, cada año, el Festival de Navegación Tradicional del Caribe Insular, que hasta la fecha ha tenido tres versiones. Este espacio, que ha venido creciendo, incluye una selección de actividades culturales, lúdicas y académicas en una modalidad mixta, en formato virtual y presencial, que permiten la participación de un amplio público interesado por conocer o profundizar aspectos relacionados con los saberes marítimos del archipiélago.
Teniendo en cuenta lo anterior, para este 2022, apostamos nuevamente a la realización del IV Festival de Navegación Tradicional del Caribe Insular: La cultura es lo que el huracán no se pudo llevar, el cual tendrá lugar entre el 29 de septiembre y el 8 de octubre, trayendo diversas actividades dirigidas al público local y de manera presencial tanto en San Andrés como en Providencia; así como una franja de actividades virtuales están incluidas.
En esta cuarta versión, tendremos diálogos de saberes locales, regionales y nacionales, actividades para niños y jóvenes documentales, charlas académicas, muestras de experiencias pedagógicas, entre otras. Este año queremos enfatizar la resistencia cultural y la resiliencia como tema central de nuestro festival, considerando las diversas formas que el pueblo Raizal ha utilizado para mantener su cultura e identidad en medio de la experiencia del desastre que aún afecta las vidas isleñas. Con esta propuesta, reafirmamos el compromiso por fortalecer y mantener vivas las prácticas y conocimientos del pueblo Raizal, relacionados con el mar, que hoy más que nunca requieren acciones que los salvaguarden y dejen impronta en las nuevas generaciones.
Finalmente, nos complace compartirles que, a pesar de las dificultades y las afectaciones económicas generadas por la pandemia y el huracán, este año contamos nuevamente con el apoyo de diversas personas, instituciones y organizaciones, entre las cuales se encuentra el Programa de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura, la Universidad Nacional de Colombia Sede Caribe, el Fondo Acción, Lighthouse Foundation (Alemania), Censat Agua Viva, el Centro Cultural del Banco de la República en San Andrés Isla, la Comisión Colombiana del Océano, el Centro de Excelencia en Ciencias del Mar (CEMarin), la Casa Editorial Welcome, la Radio Nacional de Colombia, Slow Food International, la Fundación Franz Weber, la Cayman Islands Yacht Building Heritage (Islas Cayman) y esperamos aun, que otros actores se unan a esta causa.
* Antropóloga, PhD. Profesora de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe y miembro de la Fundación PROSEALAND
Mayores informes:
Próximamente divulgaremos más detalles sobre las actividades y las formas de acceder y participar en ellas.
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