En la Reunión Mundial de Especialistas de Cocodrilos, realizada en México, investigadores de la Universidad del Tolima (UT) socializaron un trabajo de cuatro años, en el cual evaluaron aspectos biogenéticos, poblaciones y de historia natural de los cocodrilianos del Alto Magdalena, de donde presuntamente vendrían los reptiles observados en aguas de San Andrés.
Se trata los estudiosos son Carlos Felipe Hernández y Juan Felipe Moncada, que expusieron ante más de 200 especialistas de 35 países, los resultados de su trabajo, que describen entre otras cosas, el comportamiento de un caimán aguja que ‘desembarcó’ en la isla de San Andrés.
"La idea era trasladarlo a su lugar, pero no sabíamos hacia dónde. Al compararlos con los individuos de Centroamérica y Colombia, encontramos que el animal era casi idéntico a las poblaciones del río Magdalena", indicaron los investigadores.
Así mismo, señalaron que el reptil tenía un ‘chip’ por el cual se determinó que venía de un zoocriadero, "precisamente de la región de donde había mayor compatibilidad genética, según nuestros análisis", explicaron los biólogos.
Este reptil es muy poco común en el Departamento Archipiélago, sin embargo, en el 2018 este ejemplar fue encontrado por la Corporación ambiental Coralina y la policía en las playas de Sound Bay, y con el apoyo de la estación de Guardacostas y la Base Naval ARC San Andrés, fue trasladado a un 'hábitat provisional de albergue con condiciones similares a una laguna lodosa, adecuado especialmente para garantizar su bienestar en esa Unidad Militar del Comando Específico de San Andrés y Providencia (Cesyp).
Allí fue alimentado y monitoreado permanentemente por personal militar y de Coralina, conjuntamente con veterinarios voluntarios, asesorados por expertos a nivel nacional e internacional, hasta que en agosto de 2020 fue trasladado a Santa Marta por la Fuerza Aérea de Colombia (FAC), a donde fue recibido por Corporación Ambiental del Magdalena.
Caimán Aguja: en peligro de extinción
El Caimán Aguja (C. acutus) es uno de los cocodrilianos más ampliamente distribuidos, extendiéndose por las aguas del Pacifico y del Caribe, tiene grandes poblaciones en el continente americano, desde el sur de Estados Unidos hasta Perú, razón que le otorga el nombre común a la especie “el Cocodrilo Americano”.
Esta especie posee una de las adaptaciones mas importantes para resistir estas migraciones oceánicas que lo diferencian de los otros cocodrilos, tienen unas glándulas sublinguales de la sal, especializadas y ubicadas bajo su lengua, se encargan de excretar el exceso de sal de su sangre hacia el exterior, de esta manera mantienen el equilibrio osmótico de su cuerpo, lo que les permite vivir también en agua salada e incursionar en territorio oceánico.
Estas migraciones marinas son únicamente realizadas por individuos adultos, debido a que en los juveniles estas glándulas aún no han madurado y no son funcionales. Los caimanes alcanzan la edad sub adulta pasados los dos metros de longitud, siendo ese el momento donde sus órganos reproductivos se encuentran listos para la reproducción. Esta madurez sexual tarda entre ocho y nueve años.
El caimán aguja está catalogado en grado de amenaza a nivel mundial como Vulnerable (IUCN 2018) y nacional en Peligro (EP); dado que también esta listada en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES).