Con ocasión del retorno de algunos de los investigadores que hicieron parte de la Expedición Seaflower, que este año fue inédita por cuenta de las acciones adicionales propiciadas por el paso de los huracanes Eta e Iota, EL ISLEÑO dialogó con Miguel Barrios, coordinador de dichas expediciones desde la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Colombiana del Océano (CCO)._(Foto Santiago Estrada)
Si bien todavía no se entregará un análisis completo de resultados (como habitualmente sucedía por esta época), a causa de las condiciones como se dio la Expedición de este año; y porque el segundo turno tuvo que posponer su viaje, dado que la intensidad de los vientos por estos días seguían incrementando, el también asesor en Ecosistemas Estratégicos del Caribe, entregó algunas de las observaciones recopiladas durante estos meses de trabajo de campo.
Esta Expedición, que se considera la novena dentro del Plan Nacional de Expediciones Científicas Marinas (incluyendo la E.Seaflower Plus, que recién está culminando en su primer turno; y la 2021-1, Old Providence y Santa Catalina, que exploró estas islas a mediados de año), es producto de un trabajo intersectorial entre el Ministerio de Defensa (Armada de Colombia y Dirección General Marítima, DIMAR) y el Ministerio de Medio Ambiente (Invemar, Instituto Humboldt, Ideam y la corporación ambiental Coralina).
Expedición Seaflower (E.S.) Plus
De acuerdo con la CCO, esta Expedición nació con el Decreto 277 del 11 de marzo de 2021, como una iniciativa del MinAmbiente para evaluar los impactos de los huracanes en las islas, tanto en las mayores (San Andrés, Providencia y Santa Catalina), como en los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño.
Dicha travesía, se sumó a la que ya estaba programada para este 2021 a islas cayos de Bajo Nuevo, uno de los puntos más al Norte del archipiélago (está muchísimo más cerca de Jamaica que del continente colombiano)
Adicionalmente, la E.S.Plus tiene como objetivo priorizar varios puntos de restauración, sobre todo en las islas mayores; además de la evaluación para una futura declaratoria de nuevas Áreas Marinas Protegidas (AMP). Actualmente, el área geográfica que comprende la AMP Seaflower –explicó Barrios– cubre Roncador, Serrana y Quitasueño, quedando por fuera Serranilla, Bajo Alicia y Bajo Nuevo.
“Se trata de un trabajo mucho más técnico y que llevará un poco más de tiempo, pero es el inicio de una posible nueva declaratoria en esta zona”, recalcó.
Hallazgos preliminares
Según informó el coordinador, Bajo Nuevo no se visitaba con fines científicos desde el 2012. En esa ocasión –afirma– el reporte fue muy positivo: las observaciones refieren ecosistemas con altísimas coberturas de coral, buena salud de los arrecifes y abundancia de especies estratégicas.
Pero para este 2021, de manera preliminar los investigadores entregaron un panorama “más disperso; si bien hay sectores con buena salud coralina, baja presencia de enfermedades y abundancia de especies estratégicas, lo es en el área Norte del canal que atraviesa el Bajo.
No pasa igual en el Sur del mismo, donde se observó un deterioro considerable comparado con los registros de hace nueve años. Si bien no es para alertar, sí es importante mencionar los efectos en cadena que puede estar produciendo la pesca no regulada en el área.
La dificultad de hacer gestión en aguas tan al Norte del archipiélago, no nos permite tener los fundamentos suficientes para definir qué ha pasado; pero tampoco podemos atribuírselo, en aguas de más de 10 metros de profundidad, a los huracanes recientes”, detalló.
Abundancia de tiburones
Como se comentó al inicio, por condiciones climatológicas poco seguras, los organizadores optaron por aplazar el trabajo del segundo turno de expedicionarios para marzo/mayo de 2022; mucho antes de la siguiente Expedición que irá Quitasueño, el cayo más deteriorado –según las observaciones preliminares–, más allá de los impactos mecánicos de los huracanes que se evidenciaron.
Una de las investigaciones que está pendiente, trabajará la abundancia de tiburones en el área de Bajo Nuevo; investigación muy esperada, por tratarse de una de las especies estratégicas del archipiélago.
No obstante, el coordinador comentó que en varias jornadas de buceo y actividades de otros grupos de investigación, se notó una buena cantidad de estos individuos, de diferentes especies, “tales como tiburón gris de arrecife, martillo y nodriza, principalmente; lo que representa un alto valor ambiental para las islas”, aseguró.
Asimismo, se confirmó la abundancia de macroalgas en el Sur del pequeño cayo; así como de caracol pala a mayores profundidades, con ayuda del ROV (Remotely Operated Vehicle) de la empresa sanandresana ‘Sepia’ y bajo la coordinación de Coralina.
“Aunque las corrientes fueron muy fuertes, factor que complicó el muestreo, se encontraron varios individuos en las medidas esperadas”, enfatizó el asesor.
Plástico, en todos los idiomas…
Para concluir, Barrios se refirió a la problemática de los residuos sólidos, y más específicamente a los desechos plásticos que abundan en el océano, aún en zonas que se creen prístinas.
Si bien es otra de las investigaciones que está pendiente por desarrollarse, dentro de sus buceos o recorridos en tierra los científicos –manifiestó el coordinador– encontraron botellas plásticas con letras en otros idiomas; las cuales fueron debidamente colectadas para su revisión posterior.
“Hallamos una botella con mensajes en holandés, y otra con letras en árabe; desconocemos su procedencia, pero las tenemos guardadas para evaluar sus posibles orígenes. También sacamos dos líneas de pesca que ya estaban colonizadas por algas y esponjas, por lo que intuimos que llevaban bastante tiempo allí.
Considero que la contaminación sí tiene un impacto en la zona, aunque no tan alto como en otras más cercanas al continente, pero que evidencia cómo las corrientes marinas transportan desechos por el mundo”, puntualizó.
Para concluir, Barrios dijo que Bajo Nuevo es un lugar único; y que aunque no es tan visitado por los nativos, por su lejanía, sí representa una conectividad importante entre los cayos del archipiélago.
“Todas las islas cayos no se pueden comparar con la misma vara. Por ejemplo, Serrana se destaca por tener arenales grandes donde abunda el caracol pala; en Roncador hay bancos de pesca grande; y Quitasueño es muy utilizado por los Raizales en sus faenas pesqueras.
De ahí que las investigaciones hayan estado enfocadas en distintas variables y líneas de trabajo. Esperamos presentar un informe parcial, pero mucho más completo, en enero de 2022. ¡Sigan atentos!”, finalizó el asesor de la CCO.