La historia nos dice que Corinche era un viejo indio de la tribu Calamarí, con el que Pedro de Heredia hizo contacto cuando buscaba un sitio con aguas dulces y abundantes para fundar una ciudad, que sería Cartagena de Indias. Heredia había arremetido contra los nativos, que huyeron, pero Corinche prefirió esperarlo, confiando en su carácter y experiencia.
Con astucia y en defensa de su pueblo, dijo a Heredia que podía llevarlo a un lugar con aguas cristalinas y clima benigno. Así lo hizo, pero al llegar al sitio prometido, el guerrero y sus hombres de a caballo entendieron el ardid, porque se dieron de boca con insumisos yurbacos que accionaban sus arcos con flechas envenenadas.
Heredia ordenó un ataque sin piedad contra los indios, que nunca se hincaron ante el invasor. ¿Qué se hizo Corinche?
Desapareció para la historia, pero ahora regresa envuelto en trazos literarios como guardián de la naturaleza y mensajero de paz, en la mente creadora de Mariaketty Figueroa Pastrana.
Ya no es solo el venerable anciano que engaña a Heredia, sino uno de los niños de la tribu Kar-mai-ri, que crecen en medio de exuberante naturaleza, dueños del mar, las arenas brillantes como estrellas, los caracoles, las almejas, los peces, las aves, los árboles, las lluvias y los vientos. Son niños felices que se sumergen en las aguas tibias de la mar amiga, que les brinda refugio y los invita a sus profundidades para que la disfruten, la conozcan y defiendan, porque tienen la misma esencia.
Con una narración cautivante y poética, Mariaketty transforma al niño Corinche en joven saeta que recorre caminos que lo llevan a otros mares y ríos, y mientras descubre los secretos de su paraíso, lo hace hombre/guía de toda su gente, a la que atiende con bondad y diligencia.
Ese ambiente de armonía dura mucho tiempo, pero se rompe en mil pedazos con la llegada de extraños, ambiciosos y crueles. Es cuando Corinche, ya viejo, entrega su última bocanada de amor por su tribu y se enfrenta al invasor con solo una mentira que lo cubre de gloria. Otro ser mítico que puede guiar nuestros pasos, llenándonos de fuerza y orgullo.
La historia no da cuenta de la última instancia vivencial de Corinche, pero la autora de esta historia maravillosa lo ve subirse a su embarcación de hermosos colores, acompañado de tortugas y cangrejos para iniciar un probable viaje sin regreso.
Este cuento, ilustrado por Rafael Figueroa, hijo de Mariaketty, ganó la convocatoria ‘Impulso 2021 del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena’.