El crimen de los dos patrulleros que fueron asesinados a mansalva en el sector New Guinne –durante la madrugada del llamado ‘Hallowen’–, adelantando una diligencia solicitada por el propio vecindario, no puede quedar impune.
La sociedad civil de las islas debe saber quienes y porqué, cometieron el execrable crimen. A riesgo de, una vez más, pasar de agache y quedar expuestos a una probable repetición de esta luctuosa situación.