Estructurando un proyecto o resolviendo el camino de una investigación, siempre hay un momento donde se exige hacer una pausa y plantearse el objetivo. Por lo regular los objetivos empiezan con verbos en infinitivo: plantear, encontrar, resolver, avanzar, cualquier cosa que indique una acción, ese algo que se busca, y de una manera implícita, además, como se va a lograr.
Pocas veces he visto, por ejemplo, los verbos imaginar, fantasear, idealizar. Parece que a la metodología le gustan las cosas concretas, las que se pueden delimitar, numerar, poner viñetas, hacer grupos.
Pero también hay un sentido positivo en esos verbos. Con la misma poca frecuencia con la que un investigador se propone, por ejemplo, presumir; empieza sus objetivos con demoler, implotar, desacreditar. Existe un acuerdo tácito, que obliga a buscar en positivo: crear, solucionar, investigar. El objetivo deja ver también un acercamiento a la ética del trabajo, ese primer verbo, habla de aquello que el ejecutante sabe hacer, eso en lo que se siente cómodo y orgulloso.
Hay una reflexión epistemológica en este simple ejercicio de hacer objetivos. Al hablar, al escribir, en cualquier comunicación verbal o no, ¿cuál es mi objetivo?, quiero acaso: ¿intimidar, persuadir, ofender, atacar? Con una publicación en redes sociales, necesito: ¿sorprender, impactar, sobresalir? En un debate, ¿acaso busco educar, aprender, resolver? O, ¿el objetivo era solo amedrentar, difamar, destruir?
El objetivo define el estudio, pero también al estudiante. Saber que se quiere, determinará la estrategia más idónea para conseguirlo, la elección de ese primer verbo plantea un análisis intimo que mostrará mis necesidades al público lector… ¿qué quiero? Para saber ¿cuándo lo quiero? ¿cómo lo quiero? y en una reflexión que no se sabe si es anterior o simultánea, ¿para que lo quiero?
Los largos silencios que exige la meditación, exponen a las personas a pensar con más calma cual será la elección de sus palabras, depositándolas con el sumo cuidado, conociéndolas en su esplendor, sabiendo como destruyen o siembran. ¿Si mi vida se hiciera proyecto, cual sería ese objetivo? Figurar, parecer, opinar, o simplemente, ser.
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.