Volver al millón de visitantes en el desorden anterior no solo no será viable –nunca lo fue– sino que tampoco será posible. El nuevo viajero querrá sentirse seguro y protegido; querrá pasear pero será selectivo: buscará sitios sanos, ordenados y limpios. ¿Entonces?
Es momento de orientar nuestros recursos a un nuevo destino turístico ofreciéndolo a un 'nicho' de posibles visitantes que quieran naturaleza, autenticidad, protección, seguridad, paz y tranquilidad.
Y, claro está, para brindar eso, primero debemos obtenerlo para nosotros mismos ¿Por qué? ¡Porque no se puede dar lo que no se tiene!... Tan sencillo como eso.